CaixaBank se prepara para una transformación en su consejo de administración durante la Junta General Ordinaria de Accionistas, marcando la despedida de la etapa Bankia después de la absorción de la entidad en 2020. Este cambio se hará efectivo el viernes en el Palacio de Congresos de València.
La reestructuración significa que los tres últimos consejeros originales de Bankia, Joaquín Ayuso, Francisco Javier Campo y Eva Castillo, no renovarán sus puestos al llegar el fin de su mandato. Con su salida, CaixaBank dejará atrás cualquier vestigio de la era Bankia.
Entre las novedades, Rosa María García Piñeiro, Luis Álvarez Satorre y Bernardo Sánchez Incera han sido propuestos como nuevos consejeros independientes. Por su parte, Pablo Forero Calderón ha sido designado como «consejero otro externo» y José María Méndez Álvarez-Cedrón como consejero dominical, a sugerencia de la Fundación La Caixa. Todos ellos tendrán un mandato de cuatro años.
El consejo mantendrá su estructura actual de 15 miembros, de los cuales nueve seguirán siendo consejeros independientes, lo que representa el 60%.
Adicionalmente, se prevé la reelección de varios consejeros en funciones, como Koro Usarraga Unsain, Fernando María Costa Duarte Ulrich y Teresa Santero Quintillá, todos ellos también por un periodo de cuatro años. Esta reelección garantiza continuidad en las decisiones estratégicas de la entidad.
El consejo también acogerá a Tomás Muniesa, presidente no ejecutivo y consejero dominical, además de Gonzalo Gortázar, consejero delegado. Otros miembros notables incluyen a los consejeros independientes Eduardo Javier Sanchiz Irazu, María Verónica Fisas Vergés, Cristina Garmendia Mendizábal, Peter Löscher y María Amparo Moraleda Martínez.
La renovación del consejo de administración representa un avance significativo en la estrategia de CaixaBank para consolidar su identidad tras la fusión. Con un 40% de representación femenina, el banco no solo persigue una gobernanza moderna, sino también inclusiva.