Residuos agrícolas en nanotecnología: la apuesta limpia de Calpech

Calpech ha desarrollado una tecnología única para transformar residuos orgánicos en nanopartículas de hierro.

Residuos agrícolas en nanotecnología: la apuesta limpia de Calpech

Calpech ha desarrollado una tecnología única para transformar residuos orgánicos en nanopartículas de hierro.
Calpech

Hay residuos que se entierran, se queman o se almacenan durante años. Y luego está Calpech, que prefiere convertirlos en ciencia aplicada y negocio sostenible.

Esta startup, nacida en la Universidad de Alicante, transforma subproductos agrícolas en nanopartículas de hierro con usos reales en biogás, fertilizantes o descontaminación ambiental.

El proceso no suena a magia, aunque lo parezca. Se basa en carbonización hidrotermal, una tecnología de autoclave a alta presión que permite extraer valor de residuos que antes solo generaban problemas. Desde lodos industriales hasta restos de almazaras, todo puede acabar transformado en un material con aplicaciones de alto impacto.

Detrás de esta solución hay un equipo que no empezó en un coworking, sino en un laboratorio universitario. Científicos con décadas de investigación en la mochila que, tras escalar su método de gramos a toneladas durante la pandemia, decidieron dar el salto a la industria.

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Hoy fabrican un producto que no solo es exclusivo en el mercado, sino también mucho más barato de producir que cualquier alternativa.

Calpech :: Calpech

Impulsada por una visión práctica y científica, la compañía —liderada por Yuriy Budyk— ha conseguido reducir significativamente los costes de producción, lo que ha permitido trasladar esta tecnología del laboratorio a la industria.

Le acompañan figuras clave como Andrés Fullana, asesor científico y coautor de la patente, con amplia trayectoria en transferencia tecnológica; Blanca Calderón, experta en nanociencia y también coautora del proceso; Manuel Rodríguez, experto en biogás y digestión anaerobia; y Agustín Lozano, responsable del desarrollo de negocio y escalado comercial.

Juntos han consolidado una propuesta que combina innovación, viabilidad industrial y compromiso ambiental.

Ese avance ha sido decisivo para desarrollar aditivos capaces de mejorar la eficiencia energética del biogás hasta en un 40%, eliminar compuestos tóxicos y enriquecer fertilizantes con nutrientes esenciales.

Pero no se han quedado en el producto. Calpech ofrece también un servicio integral de diagnóstico, análisis y optimización de plantas industriales, especialmente en el campo del biometano. Cuentan con decenas de digestores piloto, herramientas analíticas avanzadas y capacidad para personalizar cada proyecto.

El primer gran hito llegó cuando una cooperativa agrícola confió en ellos para instalar la primera planta industrial que convierte residuos oleícolas en nanopartículas útiles. Una colaboración donde todos ganaron: menos residuos, más valor y una nueva vía de ingresos para la cooperativa.

Ahora, la ambición va más allá. Quieren abrir nuevas plantas, impulsar alianzas y explorar campos como el hidrógeno verde, el amoniaco o la descontaminación de gases industriales. Todo bajo un modelo que conjuga nanotecnología, economía circular y sostenibilidad real.