El mercado de cereales mantiene su estabilidad pese a la guerra comercial global, gracias a una campaña marcada por cosechas históricas y precios a la baja.
Según José Manuel Álvarez, secretario general de Accoe, «la repercusión puede que no sea muy grande» debido al alto volumen de grano disponible.
España, como país deficitario e importador de cereales, se ve beneficiada por la decisión de la Comisión Europea de suspender contramedidas a Estados Unidos, uno de sus principales proveedores de maíz y soja. Mientras tanto, los sectores agroexportadores españoles tendrán que asumir el nuevo arancel del 15% acordado entre la UE y EEUU.
Para el mercado cerealista, factores como el tipo de cambio euro-dólar o los costes de transporte son más determinantes que los aranceles, afirma Accoe. A corto plazo, «los precios son lo suficientemente bajos como para neutralizar el impacto arancelario», apunta Álvarez.
En la última semana, el trigo blando y el maíz bajaron un 0,17%, mientras que la cebada subió un 0,13%. En lo que va de año, las bajadas acumuladas han sido: trigo blando (-9,8%), trigo duro (-7,93%), cebada (-10,47%), cebada de malta (-6,73%) y avena (-24,17%).
Ante el conflicto arancelario entre EE.UU., China y Brasil, podría modificarse el origen de las importaciones europeas. Por ejemplo, si Brasil prioriza sus envíos a China, podría reducir sus exportaciones hacia la UE.
Además, Álvarez apunta una posible ventaja para el sector cárnico español si China decide diversificar sus proveedores de carne como consecuencia del conflicto con Washington.