La petrolera estadounidense Chevron ha anunciado que ha completado la adquisición de Hess Corporation por 53.000 millones de dólares, tras un arbitraje favorable que despeja el camino para participar en el lucrativo bloque petrolero Stabroek, en aguas de Guyana.
La operación, cuestionada por Exxon Mobil, ha sido finalmente validada por el Tribunal Internacional de Comercio de París, que rechazó el argumento de Exxon sobre su supuesto derecho preferente al 30% del bloque. La sentencia permite a Chevron consolidar su acceso a uno de los yacimientos offshore más prometedores del mundo.
El conflicto entre ambas compañías se remonta a 2023, cuando Chevron anunció su intención de comprar Hess. Exxon interpuso una demanda alegando prioridad en la explotación de Stabroek. Sin embargo, el tribunal desestimó la reclamación.
En su comunicado desde Houston, Chevron destacó que el arbitraje ha concluido con «un resultado favorable», confirmando así el cierre definitivo de la operación.
Pese a mostrar su desacuerdo con el fallo, Exxon aceptó la decisión y emitió un mensaje conciliador: «Damos la bienvenida a Chevron al proyecto y deseamos continuar en el liderazgo de esta industria y en la creación de valor en Guyana para todas las partes».
El caso no solo tensó las relaciones empresariales entre ambas petroleras —hasta ahora con una interlocución fluida a nivel directivo—, sino que se desarrolló en un contexto geopolítico inestable. El bloque Stabroek se sitúa en aguas del Esequibo, una región que Venezuela reclama como propia frente a Guyana, lo que añade una capa de incertidumbre jurídica a las operaciones energéticas.
El interés por Guyana ha crecido en los últimos años por el potencial del bloque Stabroek, que ya ha registrado múltiples hallazgos de crudo. Tanto Chevron como Exxon consideran que este yacimiento jugará un papel estratégico en su crecimiento global a medio plazo.
