China ha reiterado su disposición a avanzar en las negociaciones comerciales con Estados Unidos, pero ha marcado límites claros: igualdad, respeto mutuo y reciprocidad.
Estas condiciones, según Pekín, deben regir la nueva ronda de conversaciones prevista la próxima semana en Estocolmo.
Guo Jiakun, portavoz del Ministerio de Exteriores, afirmó que su país mantiene «una posición coherente y clara en materia económica y comercial» y subrayó que espera que Washington colabore para aplicar el consenso alcanzado por los presidentes de ambos países en su última conversación telefónica.
Jiakun instó a que se aprovechen los mecanismos de consulta bilateral con el fin de reforzar la cooperación y reducir los malentendidos. Evitó pronunciarse sobre cuestiones específicas, como las compras de petróleo a Rusia o Irán, mencionadas por Scott Bessent, secretario del Tesoro estadounidense, como posibles puntos en la agenda.
Bessent ha anunciado que se reunirá con sus homólogos chinos en Estocolmo, en lo que será la tercera ronda de negociaciones tras los encuentros en Ginebra y Londres.
Según explicó, su país tratará de prorrogar la actual tregua arancelaria, que expira el 12 de agosto, y abordará temas como el exceso de capacidad industrial china o las exportaciones tecnológicas.
China no ha confirmado oficialmente las fechas ni el formato de la reunión, aunque el primer ministro sueco, Ulf Kristersson, ya ha dado la bienvenida pública a las delegaciones.