China en las carteras: el desafío de no dejarse llevar por el pánico

Hoy mismo, la Bolsa de Shangai ha logrado escapar de mínimos del año con una subida superior al 4% hasta acercarse a los 3.460 puntos. Así, el indicador acumula una revalorización que ronda el 20% desde los mínimos del pasado 26 de agosto. Pero lejos de los 5.200 puntos que alcanzó de máximo en junio de 2015.

Aún así, los expertos de Gesconsult recuerdan que "la Bolsa china cayó un 40% desde verano, pero llevaba un 150% de revalorización desde julio de 2014". Los motivos de la brusca caída se debieron, a juicio de los expertos, a que el mercado está formado en su mayoría por personas físicas, "lo que aporta mayor volatilidad que los institucionales, además del gran apalancamiento al calor de la expectativa de que el Banco Central inyectaría más dinero en la economía".

"La reorientación de China desde una economía centrada en la inversión a una centrada en el consumo provocará sin duda cierta debilidad en los datos publicados, pero los inversores deben ser capaces de mirar más allá de las cifras generales para ver una imagen más clara", indican desde JP Morgan Asset Management.

Las medidas, sin contar las reformas que vendrán con el nuevo Plan Quinquenal 2015-2020, incluyen una drástica política monetaria con bajadas de tipos que actualmente se sitúan en el 4,35%. También se ha disminuido el coeficiente de reservas mínimas de los bancos en 50 puntos básicos hasta el 17,5%. "Es el sexto recorte de los tipos de interés y el cuarto recorte del coeficiente de reservas mínimas desde noviembre del pasado año, y la decisión concuerda con nuestras expectativas, a la vista de la debilidad del crecimiento y el aumento de los riesgos deflacionistas en China. Esto sugiere que el banco central chino mantiene su postura expansiva y está decidido a usar la relajación monetaria para estimular la economía real", explica Raymond Ma, gestor de fondos de Fidelity.

A su juicio, la eliminación del techo del tipo de los depósitos también supone un gran avance hacia la liberalización total de los tipos de interés. "Globalmente, estas medidas son positivas para el sentimiento del mercado y deberían animar la inversión, el consumo y el mercado inmobiliario a medio plazo", indica.

Además de los sustanciales recortes de tipos, los reguladores chinos han puesto en marcha medidas de estímulo muy específicas en varias áreas de la economía mientras trabajan para garantizar una ralentización ordenada. Por ejemplo, los expertos explican que para dar un impulso al sector automovilístico, a comienzos de mes el gobierno anunció que reduciría los impuestos del 10% al 5% para las compras de vehículos con bajas emisiones. Del mismo modo, en el sector inmobiliario, el porcentaje de entrada en las hipotecas residenciales para la compra de primera vivienda se redujo del 30% al 25% en las ciudades donde no existen restricciones a la compra de vivienda.

Para JP Morgan AM, las valoraciones más atractivas tras los recortes "respaldan la selección de empresas con balances solventes y un sólido potencial de ganancias, en particular las del segmento de servicios al consumidor posicionadas para beneficiarse de las reformas".

Para los expertos, los principales riesgos en la economía del gigante asiático se encuentran en la evolución del crédito del sector privado y la divisa, así como un exceso de capacidad observado en ciertos sectores, así como la manera en la que las autoridades han gestionado la crisis del verano. Los expertos advierten que otro factor a tener en cuenta será comprobar si la debilidad en el balance de las compañías locales se trasladará al mercado laboral del país. Aún así, lo positivo pesa más que lo negativo. "No creemos que China esté atravesando una crisis al más puro estilo emergente", aseguran desde la firma.
 

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