La industria automovilística española ha marcado un punto de inflexión en 2025. En el primer semestre, el 31,7% de los vehículos fabricados en España fueron híbridos, la mayoría no enchufables, superando por primera vez a los diésel, cuya cuota cayó al 21,5%, el nivel más bajo de los últimos años.
La tendencia refleja el impacto de la descarbonización y de las exigencias de la Unión Europea, que prohíbe desde 2035 vender coches nuevos que emitan CO₂. Entre enero y junio, la producción de gasolina cayó un 34% respecto a 2024, mientras que la de diésel se redujo casi a la mitad en los últimos cinco años.
En contraste, los híbridos han multiplicado sus cifras: de menos de 12.000 unidades en 2019 a más de 554.000 en 2024. Solo en este primer semestre de 2025 ya se han fabricado 325.254 híbridos no enchufables y 61.656 enchufables, cifras que anticipan un récord histórico.
Este cambio de liderazgo en la producción coincide con la presión regulatoria de la normativa europea CAFE y las medidas de flexibilidad adoptadas por Bruselas para evitar multas millonarias.
España, segundo mayor fabricante europeo y entre los diez primeros del mundo, consolida así su viraje hacia modelos electrificados.