Levantar una ronda de inversión puede sonar a glamour: fotos en prensa, titulares con millones y ese halo de éxito que todo emprendedor sueña. Pero detrás hay un proceso exigente, largo y que consume energía. Y lo más importante: no se trata de levantar dinero por levantar, sino de hacerlo cuando toca y con un plan sólido.
Cuándo tiene sentido levantar una ronda
Una ronda de inversión es, básicamente, abrir la puerta de tu startup a capital externo a cambio de ceder un porcentaje de tu empresa. Ese capital sirve para crecer más rápido, escalar el equipo, entrar en nuevos mercados o lanzar funcionalidades que sin inversión serían imposibles.
Pero hay que tenerlo claro: una ronda no es para sobrevivir, es para acelerar. Si la caja se acaba y entras en modo pánico, probablemente llegas tarde.
¿Cuándo pongo en marcha mi ronda?
Existen diversos indicadores pero hay tres señales claras que indican que ha llegado el momento:
- Tu modelo de negocio ya está validado.
- Sabes cómo adquirir clientes y retenerlos.
- Tienes una máquina de crecimiento que funciona, pero necesitas gasolina extra.
Dicho de otro modo: si pasar del punto A al B te llevaría seis años y con capital puedes hacerlo en dos, es el momento.
Cuánto pedir en cada fase
Aquí no vale tirar un número al aire. Depende de tu etapa:
- Semilla: entre 50.000 euros y 500.000 euros.
- Serie A: de uno a varios millones.
- Friends & Family: rondas más pequeñas, unos 100.000 euros.
La clave está en el plan financiero: demostrar cómo vas a usar el dinero y qué retorno puede generar. Marketing, tecnología, personal, expansión… cada euro debe estar justificado.
Instrumentos como las notas convertibles
Muchas startups recurren a notas convertibles en fases iniciales. Son préstamos que se transforman en acciones más adelante, cuando haya una valoración más clara.
Las principales ventajas que aporta este modelo son la rapidez, los costes bajos y la flexibilidad. Por contra, tiene como inconvenientes la incertidumbre sobre la dilución futura y posibles intereses cruzados con los inversores.
El plan financiero y la valoración
Los inversores buscan claridad. Proyecciones realistas, escenarios optimistas y conservadores, transparencia en gastos y un plan de ruta claro. Y ojo con la valoración: pedir demasiado puede ahuyentar capital; pedir poco puede hacer que pierdas demasiado equity. La mejor estrategia es crear valor antes de la ronda para negociar en mejor posición.
Lo que nadie te cuenta
Levantar capital es un proceso costoso. Semanas de pitch, decenas de reuniones y muchos noes antes de un sí. Por eso, los fundadores con experiencia repiten siempre lo mismo: cada ronda debe ser la última que necesites para ser rentable. Si luego decides abrir otra, que sea una opción, no una obligación.
Una ronda de inversión no es un fin, es un medio. Ten claro tu plan, valida tu mercado, construye un producto que la gente quiera… y cuando llegue el momento, sal a buscar inversores con números, no solo con sueños.