En opinión de algunos inversores, tener más de una quinta parte de una cartera asignada a efectivo puede considerarse extremo. Pero en un entorno en que el precio de los activos de riesgo descuenta un "entorno perfecto" en términos de ganancias y crecimiento, el equipo que gestiona la estrategia Real Return piensa que es una decisión de inversión acertada.
Por ello, la posición en efectivo de la estrategia del equipo gestor de BNY Mellon Global Real Return es del 21,2%, dividida a partes iguales entre dinero líquido y equivalentes de caja (deuda pública británica a corto plazo).
"El objetivo a largo plazo de la estrategia es lograr un equilibrio entre la participación de la cartera en subidas del mercado y la preservación del capital invertido. No obstante, tenemos una opinión que queda reflejada en el posicionamiento cauto de los activos de nuestros clientes", comenta James Harries, miembro del equipo.
Tanto él como sus compañeros consideran que, actualmente, los activos de riesgo como la renta variable no reflejan las incertidumbres reinantes en los mercados financieros, desde los problemas en la periferia europea hasta el desplome de las materias primas ante la ralentización de la economía china, pasando por la perspectiva de subidas de los tipos de interés de referencia en Estados Unidos y el Reino Unido.
"Estos factores auguran un periodo volátil en adelante, y nuestra decisión de tener efectivo en cartera obedece al deseo de contar con liquidez suficiente para comprar activos a precios atractivos de producirse una corrección", continúa Harries.
Si el motivo fuera puramente defensivo, el equipo podría optar por utilizar protección mediante derivados en torno al núcleo generador de rentabilidad del fondo. Sin embargo, la preocupación sobre el entorno de liquidez (o falta de ella) significa que sus integrantes prefieren tener dinero para invertir cuando otros están vendiendo, en lugar de ser verse obligados a vender un activo menos líquido para poder comprar otros que cotizan en mínimos.
La estrategia no tiene restricciones de asignación de activos, y su flexibilidad para invertir de forma dinámica es una de las claves de su éxito. Desde su lanzamiento, la posición en efectivo ha oscilado entre el 32% y el 6%.
Aron Pataki, otro miembro del equipo, añade: "actualmente no tenemos planes de incrementar los niveles de efectivo, y dado el mandato dual de la estrategia (generar rentabilidad y preservar el capital), unido a la remuneración prácticamente nula de la liquidez, tampoco pretendemos mantener estos niveles de efectivo durante largo tiempo".
La estrategia comenzó el año con una posición de efectivo del 8%, pero a medida que los activos de riesgo han continuado subiendo hasta máximos históricos (en muchos casos sin el respaldo de beneficios y fundamentales), el equipo ha ido elevando gradualmente su posición de liquidez hasta los niveles actuales.
Por último, Suzanne Hutchins, otra gestora de cartera del equipo, explica que el posicionamiento actual encaja con su postura a largo plazo: "nuestro consejo no ha cambiado mucho desde que lanzáramos la estrategia, y puede resumirse del siguiente modo: «invierta con cuidado y de forma muy selectiva; entienda lo que tiene en cartera, y sobre todo, por qué lo tiene en cartera». Este último punto pone de relieve el peligro de caer en la trampa del «pensamiento de manada» e invertir en activos por el mero hecho de que todo el mundo lo hace."
Hutchins concluye: "el posicionamiento actual del fondo obedece a la cautela que nos inspira el panorama, pero históricamente, la cartera se ha posicionado (y podría volver a hacerlo) para aprovechar un entorno más orientado al crecimiento."
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