Atraer para atrapar. Esa es la base de CounterCraft, una startup nacida en Donostia que ha revolucionado el enfoque de la ciberseguridad en Europa. En lugar de levantar más muros, esta empresa diseña cebos digitales que simulan redes reales para confundir a los atacantes y observarlos desde dentro.
Su tecnología se basa en lo que llaman Cyber Deception, un sistema que crea entornos falsos casi indistinguibles de los auténticos.
Cuando un hacker entra en uno de estos escenarios, cree haber accedido a la infraestructura real de una empresa u organismo. Pero en realidad se encuentra en una trampa: un entorno vigilado donde todo lo que hace es monitorizado. Así, CounterCraft no solo neutraliza el ataque, sino que obtiene información clave para mejorar la protección futura.
Este enfoque, más activo y estratégico que el de otros productos de ciberseguridad, permite detectar amenazas desde fases tempranas y anticiparse a los movimientos del adversario.
El sistema es especialmente eficaz contra técnicas como el Spear Phishing, un tipo de estafa dirigida a colectivos concretos, y protege también a trabajadores remotos, un punto débil creciente desde el auge del teletrabajo.
La propuesta se comercializa en versión cloud bajo el nombre de CounterCraft Cloud, lo que permite desplegarla de forma ágil sin necesidad de instalaciones físicas. La suscripción a este servicio ya es utilizada por más de 20 compañías del índice Fortune 500, además de organismos públicos de sectores tan críticos como las finanzas, la defensa o las infraestructuras nacionales.
Fundada en 2015 por David Barroso, Dan Brett y Fernando Braquehais, tres veteranos del sector, CounterCraft cuenta con oficinas en Londres, Madrid y Washington, aunque gran parte de su equipo trabaja en remoto. La empresa fue pionera en el trabajo distribuido incluso antes de la pandemia, lo que le permitió adaptarse rápido al nuevo contexto digital.
La innovación de esta startup ha captado el interés de grandes fondos e instituciones. Recibió un millón de euros del programa Instrumento Pyme de la UE y levantó otros 4,5 millones en una ronda de inversión liderada por Adara Ventures, eCAPITAL y el Grupo Red Eléctrica. También participa Wayra, la aceleradora de Telefónica, que ha respaldado su crecimiento desde etapas tempranas.
Uno de sus mayores hitos llegó con el acuerdo con el Departamento de Defensa de Estados Unidos, que eligió a CounterCraft como proveedor para su Unidad de Innovación. También han desarrollado pruebas de concepto para las Fuerzas Armadas suizas y realizado experimentos con la OTAN, consolidando su reputación en entornos de alta exigencia.
Ahora, Google ha incluido a CounterCraft en su programa internacional para potenciar soluciones innovadoras de ciberseguridad basadas en Inteligencia Artificial. La startup donostiarra es una de las tres únicas españolas elegidas entre las 16 seleccionadas en todo el mundo, junto a compañías de Estados Unidos, Reino Unido, Israel o Alemania.
El anuncio se ha hecho público en la Conferencia de Ciberseguridad de Múnich, uno de los eventos más influyentes del sector. Para los fundadores de CounterCraft, participar en esta iniciativa supone un nuevo impulso para seguir escalando globalmente y afinar su propuesta frente a un entorno cada vez más amenazante.
Porque en un mundo digital en el que los ataques no paran de crecer, conocer la mente del atacante es, quizá, la mejor defensa.