Todo empieza con una escena repetida durante décadas: un agricultor anotando a mano tratamientos, riegos y cosechas en un cuaderno que nunca sale del tractor. Ese gesto cotidiano fue el detonante de una idea clara: el campo necesitaba menos burocracia y más decisiones útiles.
Cropi nace con una premisa sencilla y ambiciosa a la vez: ayudar a los agricultores a gestionar sus explotaciones con datos claros, accionables y pensados desde la realidad del terreno. No desde un despacho, sino desde el barro, el clima y la rentabilidad diaria.
La startup aragonesa desarrolla una plataforma digital que centraliza información clave del campo —parcelas, cultivos, insumos y tareas— y la traduce en decisiones prácticas. El objetivo no es acumular datos, sino convertirlos en ahorro de tiempo, costes y errores. Menos papeleo. Más control.
Paso a paso
El salto del concepto al proyecto no fue inmediato. Cropi se construyó escuchando al agricultor, probando sobre el terreno y ajustando cada funcionalidad a un uso real. La validación llegó cuando los usuarios empezaron a abandonar definitivamente el cuaderno físico. Ahí el producto encajó.
La tracción no tardó en llamar la atención del capital. En los últimos años, la compañía ha cerrado varias rondas de financiación que superan el medio millón de euros, atrayendo a inversores especializados en impacto y tecnología aplicada al sector primario.
Además, su crecimiento la llevó a ser reconocida en los Premios EmprendeXXI como la startup con mayor potencial de Aragón.
Digitalización sostenible
Pero más allá de cifras, el impacto de Cropi se mide en otra escala: explotaciones más ordenadas, decisiones mejor informadas y agricultores que recuperan tiempo para lo importante. Digitalizar el campo no es hacerlo más complejo, sino más rentable y sostenible.
El futuro de Cropi apunta a profundizar en esa misma dirección: más inteligencia sobre los datos, más automatización útil y una expansión progresiva dentro y fuera de España. Como resume su equipo, la tecnología solo tiene sentido si mejora el día a día del agricultor. Y en el campo, eso lo cambia todo.