El producto interior bruto (PIB) de la eurozona creció un 0,1% en el segundo trimestre del año, pese a la contracción del 0,3% en Alemania, dos décimas más de lo calculado inicialmente, según los datos publicados este viernes por Eurostat.
En el conjunto de la Unión Europea (UE), el crecimiento fue del 0,2%, lo que confirma una ralentización respecto al primer trimestre, cuando la economía avanzó un 0,6% en la eurozona y un 0,5% en los Veintisiete.
El retroceso de la mayor economía europea lastró al bloque, aunque el efecto se compensó parcialmente con el mejor desempeño de España (0,7%) y Francia (0,3%). En contraste, Italia retrocedió un 0,1% y Países Bajos redujo su ritmo de crecimiento hasta el 0,1%.
Los mayores incrementos se registraron en Dinamarca (1,3%), Croacia y Rumanía (ambas 1,2%), mientras que los descensos más acusados se dieron en Finlandia (-0,4%), además de Alemania e Italia.
Por componentes, el consumo privado aumentó un 0,1% en la eurozona y un 0,3% en la UE, mientras que el gasto público creció un 0,5% y un 0,7%, respectivamente. Las exportaciones retrocedieron un 0,5% en la zona euro y un 0,2% en la UE, mientras que las importaciones se mantuvieron estables en la primera y subieron un 0,3% en la segunda. La principal contribución al crecimiento vino del aumento de inventarios y del consumo, mientras que el comercio exterior tuvo un efecto negativo.
En materia laboral, Eurostat confirmó que el empleo avanzó un 0,1% en la eurozona y en la UE, con España como el segundo país que más creció (0,7%), solo por detrás de Bulgaria (1,1%). En el lado opuesto, Lituania (-0,9%), Grecia y Croacia (-0,5% cada una) registraron los mayores descensos.
En términos interanuales, el empleo subió un 0,6% en la eurozona y un 0,4% en la UE, hasta alcanzar 219,9 millones de ocupados, de los cuales 171,6 millones corresponden a los países del euro.