El Producto Interior Bruto (PIB) de EE.UU. se contrajo un 0,2% en el primer trimestre a ritmo anualizado, lo que supone una décima menos según el dato revisado publicado este jueves, que confirma el primer retroceso de la primera economía mundial desde 2022 y refleja el efecto de las políticas arancelarias de Donald Trump.
El dato revisado publicado hoy por el Buró de Análisis Económico (BEA) sigue reflejando que la contracción del PIB estadounidense entre enero y marzo respondió principalmente a un aumento de las importaciones y a la caída del gasto público.
A ritmo intertrimestral, el retroceso también se revisó ligeramente al alza y resultó inferior al 0,1%.
Esta caída del PIB estadounidense contrasta con el avance del 2,4% registrado en el cuatro trimestre de 2024 y viene motivado por un aumento de los inventarios como anticipo a las políticas arancelarias de Trump, que retornó a la Casa Blanca el pasado 20 de enero.
De hecho, las importaciones aumentaron en los tres primeros meses del año un 42,6%, lo que supone un punto y tres décimas más con respecto a la primera estimación publicada el pasado 30 de abril.
En todo caso, el retroceso se vio compensado en parte por incrementos en la inversión, el consumo y las exportaciones.
El gasto de los hogares, que representa dos terceras partes de la economía estadounidense, avanzó un 1,2%, seis décimas menos según el dato revisado; mientras que la inversión nacional privada se incrementó un 24,4%, dos puntos y medio más en relación con la cifra inicial publicada a final de abril.
Las exportaciones estadounidenses aumentaron a su vez un 2,4 %, seis décimas más con respecto al dato preliminar; mientras que el retroceso del gasto público se recortó a la mitad en esta revisión hasta situarse en el 0,7%, uno de los factores que contribuyeron a modificar al alza la contracción del PIB estadounidense en el primer trimestre.