Un reciente informe de la GSMA revela que la mayor parte de la inversión en infraestructura para conectividad a Internet móvil proviene de los operadores de telecomunicaciones, a pesar de que sus beneficios económicos son menores en comparación con otros actores del ecosistema digital, como los proveedores de servicios en la nube.
El informe que fue presentado durante el Mobile World Congress celebrado en Barcelona, demuestra un dato notable: un 85 % de la inversión global en infraestructura de conectividad a Internet móvil es sufragada por operadores de telecomunicaciones. Esta cifra, que no incluye dispositivos de los usuarios finales, se traduce en una inversión anual de 127.000 millones de dólares, de los cuales 109.000 millones son aportados por los operadores de redes móviles.
«Este informe lo deja claro: los operadores de redes móviles son la base de la economía de Internet y financian la mayor parte de la infraestructura que sostiene la vida digital contemporánea. Mientras otros invierten en partes específicas de la infraestructura de conectividad global, sus contribuciones son solo una fracción de lo que los operadores invierten para construir y mantener las redes que facilitan todo, desde la banca en línea hasta el teletrabajo y el entretenimiento digital». Afirma John Giusti, director de Regulación de la GSMA.
La GSMA enfatiza la necesidad de establecer un entorno de inversión favorable para estos operadores. «Este estudio demuestra que si los gobiernos buscan maximizar el potencial de sus economías digitales, deben priorizar políticas que fomenten un entorno de inversión positivo para los operadores de redes móviles», afirmó Giusti.
Además, también han destacado necesidad de un marco regulatorio apropiado que estimule la inversión en infraestructura. Según la GSMA, la inversión «requiere un entorno regulatorio adecuado». Este planteamiento pone de manifiesto que las políticas deben estar alineadas para incentivar la inversión privada en conectividad. «Los responsables de las políticas deben asegurarse de que la regulación y las condiciones del mercado favorezcan la inversión privada en infraestructura de conectividad».