El Banco de España considera que el nuevo impuesto a la banca genera efectos distorsionadores y es «parcialmente insensible» a las caídas de beneficios, lo que puede desincentivar modelos de negocio basados en mayor asunción de riesgo de crédito.
En su Informe de Estabilidad Financiera, presentado este martes, el Banco de España analiza el nuevo impuesto sobre el margen de intereses y comisiones de determinadas entidades financieras, que ha sucedido al impuesto temporal establecido en 2022 por dos años, que gravaba con el 4,8% el margen de intereses y comisiones de la actividad de esos bancos en España en el año anterior.
En el caso del nuevo impuesto, un tributo de naturaleza directa, el Banco de España dice que, al igual que el gravamen temporal, no grava el beneficio final de las entidades, sino un escalón intermedio de su cuenta de pérdidas y ganancias.
Según el Banco de España, esto «genera efectos distorsionadores, ya que el impuesto es parcialmente insensible a caídas de beneficios, y puede desincentivar modelos de negocio basados en mayor asunción de riesgo de crédito y, por tanto, mayores costes de provisiones por deterioro».
Además, recuerda que el Banco Central Europeo (BCE) en el dictamen que adoptó a finales de 2024 sobre el proyecto de ley del impuesto dijo que podía reducir la capacidad de resistencia del sector bancario frente a perturbaciones y limitar la capacidad de las entidades de conceder crédito, además de hacer que las condiciones de los préstamos y otros servicios sean menos favorables.
El Banco de España, que dice compartir las conclusiones y recomendaciones del dictamen del BCE, señala que, según éste, el mecanismo de deducción extraordinaria basado en la rentabilidad no evita completamente que disminuya la capacidad de acumular capital de las entidades.
Riesgos del incremento de los dividendos
Por otro lado, el Banco de España señala en su Informe de Estabilidad Financiera que la distribución de beneficios mediante dividendos y compras netas de acciones propias aumentó en 2024 y que el peso del beneficio distribuido al accionista sobre los activos ponderados por riesgo (APR) creció hasta el 1,1%, el valor más alto de los últimos años.
Según el Banco de España, esta mayor distribución de beneficios puede conllevar un menor refuerzo de la solvencia de los bancos ante escenarios menos favorables para la rentabilidad bancaria (descenso de los tipos de interés y el contexto de incertidumbre).
No obstante, el director general de Estabilidad Financiera, Regulación y Resolución del Banco de España, Daniel Pérez Cid, ha dicho que en estos momentos esa distribución de dividendos y recompras no está generando un problema para la estabilidad financiera, pero sí detrae capacidad a los bancos para acumular recursos para responder a problemas que puedan derivarse del actual contexto de incertidumbre.
Por otro lado, el Banco de España indica que el sector bancario español mantiene negocios en economías emergentes como México, donde están presentes BBVA y Santander, o Brasil, donde está el Santander, y Turquía, donde tiene una filial el BBVA, que tienen riesgos añadidos.
Así, en el informe seañal que en México y Brasil los riesgos más relevantes están relacionados con las vulnerabilidades fiscales, mientras que en Turquía la reducción de la inflación está siendo muy gradual y podría limitar la relajación monetaria iniciada.
El Banco de España también hace referencia a los criptoactivos y dice que continúan representando una parte pequeña de los mercados financieros, lo que limita los riesgos que implican para la estabilidad financiera, pero si continúa su expansión, pueden tener una mayor contribución al riesgo sistémico.
Por lo que se refiere a los mercados financieros, el Banco de España indica que la incertidumbre sigue siendo elevada por las políticas de Estados Unidos.
Además explica que una posible corrección de la valoración de las empresas tecnológicas es un factor adicional de riesgo, al haber una elevada concentración de la capitalización bursátil en un número reducido de empresas.
El Banco de España explica que esto puede provocar correcciones abruptas del conjunto de la capitalización bursátil, si cambian las expectativas sobre los beneficios de las innovaciones tecnológicas o la capacidad de estas empresas para retenerlos, como se vio con la irrupción de la china DeepSeek y su efecto en la valoración de empresas vinculadas a la fabricación de hardware avanzado sobre inteligencia artificial.
Según el informe, posibles perturbaciones sobre el valor de las empresas tecnológicas en Estados Unidos o los tipos de interés de la deuda pública a largo plazo de ese país se traducirían en condiciones financieras globales más duras, y los bancos, hogares y empresas españoles podrían tener mayores costes financieros.