Desde hace años, las estrategias educativas de la UE van encaminadas a mejorar la preparación de la población joven para contribuir a la sociedad del conocimiento. Según explican desde el Instituto de Estudios Económicos (IEE), la apuesta de la Unión Europea consiste en aumentar la proporción de universitarios, pero también de alumnos de Formación Profesional y reducir, sobre todo, el porcentaje de población que sólo cuenta, como máximo, con la enseñanza secundaria obligatoria. De hecho, ya se han producido notables progresos en la UE. En 2016, el promedio de población joven con un nivel máximo de educación secundaria inferior se ha situado en un 16,5%, cuando en 2007 todavía se llegaba a un 20,6%.
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