La inversión con riesgo siempre se produce en entornos en los que se goza de mayor tranquilidad económica. En este sentido, el panorama macroeconómico que tenemos ante nosotros se encuentra con mayor grado de tranquilidad en gran medida por las medidas de los principales bancos centrales y la actividad económica constante. En este sentido, un último informe de Loomis Sayles hace referencia por ese apetito por el riesgo por parte de los inversores, que se mantiene fuerte y sólido ante las perspectivas que se barajan. El índice de apetito del riesgo que desarrollan los expertos de esta casa, que suma seis variables entre clases de activos, indica un nivel de tolerancia de los inversores «para mantener valores de mayor riesgo que los Treasuries». El apetito por el riesgo se ha mantenido fuerte este año, y desde Loomis Sayles esperan que la tendencia «continúe hasta 2018, a menos que se produzcan eventos inesperados que aumenten dramáticamente el riesgo sistémico». Los mercados han rechazado los titulares recientes relacionados con la política estadounidense, la geopolítica, las amenazas a la seguridad informática e incluso el medio ambiente, y la mayoría de los precios de los activos han seguido apreciándose. En lugar de centrarse en los riesgos conocidos con resultados desconocidos, «la mayoría de los mercados parecen enfocarse en los aspectos fundamentales subyacentes», sostienen. Así, el declive del dólar estadounidense en relación con las divisas extranjeras hasta la fecha ha sido «un factor clave del desempeño de los activos de los mercados emergentes (EM) y ha respaldado las ganancias de las multinacionales estadounidenses a nivel mundial, puesto que se encuentran con una recuperación sincronizada por primera vez desde 2006, y los índices de capital y crédito en Estados Unidos y fuera de sus fronteras han recogido esta aceleración de los beneficios».
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