El as en la manga de Draghi, ¿cómo impactaría en el mercado?

Las previsiones que el presidente del BCE puso el jueves sobre la mesa evidencian la preocupación del organismo por la evolución de la economía europea. Se han rebajado a la baja las estimaciones del PIB real al 1,4% para 2015, frente al 1,5% anterior, y al 1,7% para 2016 desde el 1,9%. Del mismo modo, las previsiones de inflación caen al 0,1% para 2015 frente al 0,3% estimado en junio, y al 1,1% para 2016 (desde un 1,5% previsto inicialmente).

"Un Draghi más cauto, sumado a un cuadro macro con rebajas en precios y actividad en todo el horizonte a la vista, parecen sugerir un QE 2.0", explican los expertos de Andbank, que recalcan el "destacado tijeretazo a las previsiones de precios de 2015, clara indicación de que para septiembre 2016 no se habría logrado el objetivo de estabilidad de precios que pretende el QE".

Por su parte, desde Pictet WM consideran que los cambios en las previsiones dependen de que se complete el propio programa del BCE y otras medidas no convencionales, como las operaciones bancarias condicionadas a concesión de crédito, TLTRO, la próxima el 24 de septiembre. Y recuerdan que "de momento, el límite de compras de deuda del sector público ha aumentado de 25% a 33%, ajuste relativamente menor, aunque puede aliviar preocupaciones sobre la escasez de títulos elegibles".

Los expertos de la firma consideran que tras la reunión del jueves, Draghi ha abierto la puerta a flexibilización monetaria adicional, con "voluntad, preparación y capacidad para actuar si es necesario, utilizando todos los instrumentos de su mandato".

En este escenario, ¿qué alternativas se abren para el organismo central? Para los expertos de Pictet WM, "puede haber mayor flexibilización del BCE, aunque más limitada en escala, excepto en caso de un aterrizaje duro de la economía China o aumento del tipo de cambio del euro". Tal y como explican, y suponiendo que el organismo se aventure en nuevos estímulos, las opciones son varias.

"Dado el aumento de riesgos, puede aumentar el tamaño, duración y composición de las compras de activos mensuales o condicionar la duración del programa de expansión cuantitativa a las perspectivas de inflación". Esa sería la opción más fácil, "acelerar el ritmo mensual de compras de activos desde 60.000 a, digamos, 80.000 millones de euros mensuales, con cambios técnicos en las características del programa de deuda soberana para mitigar problemas de escasez, incluyendo aumento en algunos de límites por emisión/emisor o países", indican desde Pictet WM, que no descartan que estas posibles compras puedan incluir deuda empresarial o activos de más riesgo.

A su juicio, "una opción más radical es condicionar el tamaño o duración (o ambos) del programa de expansión cuantitativa a las perspectivas de inflación, más a allá de la referencia de septiembre de 2016, con revisiones periódicas". Del mismo modo, consideran que aunque un nuevo recorte del interés de los depósitos bancarios en el BCE no se ha discutido, "Draghi ya no repite que hay un límite mínimo".

José Luis Rodríguez Campuzano, estratega de Citi en España, coincide en señalar que lo más sencillo para Draghi sería comprar más papel o prorrogar el QE, "aunque esto último, a casi un año de que finalice, parece un tanto cuestionable como una medida efectiva a muy corto plazo". También apunta a esa ampliación en la clase de activos que se pueden comprar, para incluir deuda corporative y asumir más riesgos en balance. "Pero no se puede descartar un nuevo descenso del tipo de depósito y sin duda mayor presión a la banca para que titulicen préstamos a empresas", indica el experto, recordando que "el crédito bancario sigue suponiendo más del 70% del total acceso a la financiación empresarial". Asegura Campuzano que el BCE incluso podría "canjear deuda pública por crédito empresarial, con intervención o no de los Tesoros".

¿Qué pasará en el mercado?

Para los mercados, desde Bankinter no descartan caídas adicionales mientras los inversores digieren la nueva rebaja de previsiones. Y los expertos de Andbank destacan además el cambio en la vision que el BCE tiene sobre la volatilidad. "Hasta junio el mensaje era que el mercado tenía que acostumbrarse a volatilidades mayors. Ahora, la volatilidad importa y pesa sobre las proyecciones", recuerdan desde la firma.

A juicio de los expertos, más QE implica nuevos soportes para los mercados europeos, "muy particularmente para los de renta fija (gubernamental y con la derivada corporativa), apoyados por la posibilidad de más compras/más tiempo".

Según explica en un reciente análisis Michael J. Bell, estratega de mercado global de JP Morgan AM, "la principal conclusión para los inversores es que el BCE está preparado para actuar si aumentan los riesgos bajistas para el crecimiento y la inflación, y este cmpromiso debería beneficiar a los activos europeos a corto plazo, sobre todo a las empresas europeas orientadas al consumo interno y a la deuda corporativa high yield".
 

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