El Banco Mundial avisa en sus Perspectivas Mundiales para 2016: aunque poco probable, una desaceleración más rápida de la prevista en los grandes emergentes podría acarrear importantes repercusiones mundiales. De hecho, la entidad ya avisa de que los emergentes influirán en el crecimiento mundial de este 2016, que sitúa en un 2,9% (frente al 2,4% registrado en 20165); un repunte proveniente de un fortalecimiento de las principales economías avanzadas.
Según el Banco Mundial, esto se debe a que los emergentes han contribuido decisivamente al crecimiento económico en los últimos años, y su débil crecimiento actual limitará el crecimiento de los países en desarrollo y, según advierten los autores del informe, pondrán en peligro los logros obtenidos en materia de reducción de pobreza. "Los países en desarrollo deben concentrarse en fomentar su capacidad de recuperación ante una situación económica más endeble y en proteger a los más vulnerables", opinaba Jim Yong Kim, presidente del Grupo Banco Mundial. "Los beneficios de las reformas de las condiciones comerciales y de gobierno pueden ser cuantiosos y podrían ayudar a compensar los efectos de la lentitud del crecimiento en las economías más grandes", añade.
"Hay una mayor divergencia de desempeño entre las economías emergentes. En comparación con lo que ocurría hace seis meses, se han incrementado los riesgos, en particular los vinculados a la posibilidad de una desaceleración desordenada en una economía emergente de importancia", dijo Kaushik Basu, vicepresidente y economista en jefe del Grupo Banco Mundial. "Una combinación de políticas fiscales y medidas adoptadas por los bancos centrales puede ayudar a mitigar esos riesgos y respaldar el crecimiento".
El organismo avisa de que un crecimiento más fuerte a nivel mundial dependerá de varios factores: que se mantenga el ímpetu de los países de ingresos altos, que se estabilicen los precios de los productos básicos y que se consolide la transición de China hacia un modelo basado en el consumo y los servicios.
Rebaja de previsiones para China
El gigante asiático es uno de los puntos calientes más importantes para la economía mundial, más aun teniendo en cuenta los últimos acontecimientos que están sacudiendo los mercados financieros chinos. El Banco Mundial augura un crecimiento menor para el país del 6,7% (frente al 6,9% registrado en 2015). Una posible desaceleración más rápida de lo previsto en China es uno de los riesgos que contempla el Banco Mundial para la región de Asia oriental y el Pacífico. Igualmente, la continuidad de las turbulencias en los mercados financieros podría hacer peligrar aún más el crecimiento de la región, que ya auguran que crecerá una décima menos que en 2015, el 6,4%.
Latinoamérica se estanca
América Latina y el Caribe se quedarán al 0% este 2016 después de contraerse un 0,9% este pasado 2015. La disminución del precio de los productos básicos y los problemas internos dificultan la mejora de la región. Brasil se mantiene como otro de los focos claves de la región, y el Banco Mundial prevé que se mantenga en recesión en 2016, aunque vuelva a crecer el año que viene. Por su parte, la entidad prevé que México repunte en su crecimiento gracias a las reformas estructurales y al fortalecimiento de la demanda del mercado estadounidense.
En Europa, también Rusia se mantendrá en recesión y su economía se contraerá un 0,7% en 2016 (tras caer un 3,8% en 2015). En Europa y Asia central se espera un crecimiento del 3%, superior al 2,1% registrado en 2015 debido a que el Banco Mundial espera que los precios del petróleo caigan más despacio o se estabilicen y que la economía rusa y ucraniana vayan mejorando.
India: la esperanza
Asia meridional se presenta como el área más prometedora para este 2016, y se espera un 7,3% de crecimiento en 2016, tres décimas superior al de 2015. Y es que los bajos precios del petróleo beneficiarán a la región, que es importadora neta de petróleo; además, la disminución de los precios mundiales de la energía también le beneficiará. La India crecerá a un ritmo más rápido aún, del 7,8%.
En cuanto a Oriente Medio y el norte de África, se espera que el crecimiento se duplique en 2016 hasta un 5,1%, aunque el Banco Mundial advierte de serios riesgos, como que se agraven los conflictos en la zona o que el precio del petróleo siga bajando. En África subsahariana se prevé un 4,2% de crecimiento en 2016 (frente al 3,4% en 2015). Nigeria, una de las principales potencias de la zona, crecerá un 4,6% frente al 3,3% del año pasado.
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