Según un estudio realizado entre 132 inversores institucionales europeos encargado por BlackRock a Greenwich Associates, ante la expectativa de que los tipos continúen en niveles bajos y que la volatilidad aumente, un 75% de los actuales usuarios de ETFs de smart beta contempla incrementar su asignación a estos fondos en 2017. Un porcentaje notablemente superior al del año pasado (57%). Del mismo modo, las gestoras de activos son las más proclives a incrementar su asignación: cuatro de cada cinco afirma tener intención de hacerlo, siguiendo un camino ya emprendido en los últimos años. De hecho, según datos de Morningstar, los proveedores han venido sacando al mercado productos cada vez más complejos, como estos ETFs de beta estratégica que a finales de 2016 mantenían 43.000 millones de euros en activos, cuadriplicando el dato de hace cuatro años. Hortense Bioy, director de análisis de estrategias pasivos en Morningstar, explicaba en un reciente análisis cómo el mercado europeo de ETFs ha experimentado un enorme crecimiento en los últimos años, destacando que “a pesar de hablar de consolidación, el número de proveedores y productos siguen aumentando”, y las exposiciones a soluciones como smart beta, o por ejemplo, temática ESG, “son áreas en las que se centran el desarrollo de nuevos productos y, a medida que el menú de productos se amplía, aumenta la complejidad. Esto requiere un renovado esfuerzo educativo para los inversores profesionales y particulares”. 
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