La OCDE espera que la inflación de los países del G20 repunte desde el 1,09% de 2016 al 1,8% en 2017, con incrementos más acusados en las economías occidentales. La presión sobre los precios comenzó a mediados del pasado ejercicio, ahora el ‘efecto base’ del petróleo y las políticas de la Administración Trump (menos impuestos y más gasto en infraestructuras) aceleran este movimiento… Concretamente, Schroders cifra la subida de los precios en Reino Unido del 0,7% en 2016 al 2,9% en 2017, para situarse en el 1,9% en 2018; en Estados Unidos, calculan un incremento del 0,1% al 2,3% en el mismo periodo. La firma destaca que “la inflación erosiona el valor del ahorro con el tiempo. Cuanto más alta es, más rápido cae el poder de gasto del mismo”. Por ejemplo, en un plazo de 20 años, con escenarios de precios al 1% y al 5%, tras 10 años de IPC del 5%, 100 libras se han reducido a cerca de 60; con una tasa del 1%, cede a 90 libras. Si los precios repuntan, “los inversores se inclinan más a alejarse de los depósitos en efectivo y se dirigen hacia ciertas clases de activos que, históricamente, ofrecen retornos superiores a la inflación. Aunque la repetición de este éxito no está garantizada”.
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