El expresidente de Abengoa está acusado de administración desleal mientras que el exconsejero delegado Manuel Sánchez Ortega declaraba por un presunto delito de información privilegiada tras su fichaje por la empresa de inversión Blackrock.
Durante su declaración,Benjumea ha asegurado que Abengoa "no tiene ningún problema salvo el de liquidez", y ha echado la culpa al actual gobierno en funciones de los problemas que atraviesa la empresa. En concreto, a la reforma del sector eléctrico y de las renovables que ha supuesto un recorte de las primas a este tipo de energía.
La causa abierta contraBenjumea y Sánchez Ortega investiga el cobro de indemnizaciones millonarias por parte de ambos, de 11,5 millones y 4,5 millones de euros, respectivamente. Sobre este asunto, Benjumea ha alegado que se trata de una práctica normal "para asegurar su permanencia en el cargo". Por su parte, Sánchez Ortega, ha asegurado que su entrada en Blackrock cuando los títulos de Abengoa comenzaron a desplomarse en bolsa fue "una coincidencia".
Abengoa, que presentó el pasado 5 de noviembre el preconcurso de acreedores, acaba de ver como uno de sus accionistas, el fondo estadounidense Waddell & Reed, eleva su participación hasta el 8 % lo que le sitúa como uno de los principales accionistas del grupo. El principal sigue siendo con el 51% la familia Benjumea.
El futuro de Abengoa todavía está por escribirse. Con una deuda financiera de más de 9.000 millones euros y casi 5.000 millones en pagos pendientes a proveedores, la empresa tiene hasta el próximo 28 de marzo para llegar a un acuerdo con sus acreedores. Según su plan financiero, necesitará 7000 millones de euros de liquidez, adicionales a los 165 millones que actualmente negocia con los bonistas. En caso de no llegar a un acuerdo, Abengoa puede protagonizar el mayor concurso de acreedores de la historia de España.
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