En la última década (2006-2016), un total de 33 aerolíneas españolas anunciaron su cierre, algo inédito en la historia de este sector en España. El año de inicio de la crisis económica mundial (2008) puede considerarse como el peor de todos, dado que 8 aerolíneas desaparecieron. Otras tuvieron que fusionarse o buscar capital extranjero para poder seguir en el ‘aire’. La probabilidad de que una aerolínea sobreviva en nuestro país es del 21%, una ratio mucho más bajo en épocas de fuertes crisis, como los años comprendidos entre 2008 y 2012. Así lo desvela un estudio realizado por Europair, que registra los 90 años de actividad histórica de las aerolíneas españolas teniendo en cuenta las principales compañías de transporte aéreo de pasajeros y que han marcado una época de la industria. “La creación de una aerolínea exige dedicación, capital tanto económico como humano y una buena dosis de ilusión. Se trata de un proyecto relativamente asequible. Lo verdaderamente titánico, sobre todo a la vista de los datos, es conseguir sobrevivir y sustentarse en ‘el aire’. Mantener una aerolínea activa no es tarea fácil. Acechan múltiples factores variables como la fluctuación del precio del combustible, terrorismo, catástrofes naturales y un sinfín de amenazas de todo tipo”, explica Luis Matera, del departamento de Business Intelligence de Europair.

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