Desde que se creara en abril de 1995 la comisión parlamentaria del Pacto de Toledo, el debate sobre la financiación del sistema público de pensiones se ha mantenido igual de vivo que hace dos décadas. El envejecimiento progresivo de la población y la costosa recuperación de las afiliaciones a la Seguridad Social tras la crisis han devuelto a la primera línea las dudas sobre la sostenibilidad del sistema. El incremento de la esperanza de vida tiene su reflejo directo en la evolución del número de pensionistas desde que se planteara por primera vez el debate parlamentario. En 1995 se contabilizaron un total de 7,04 millones de pensionistas, de los cuales 3,27 millones eran jubilados. El aumento de la población mayor de 65 años ha derivado en una subida de las prestaciones contributivas hasta los casi 9,5 millones en 2016, con un total de 5,8 millones sólo por jubilación. Las cotizaciones a la Seguridad Social también han experimentado un avance importante desde los 12,3 millones en el momento de la firma del Pacto de Toledo hasta los 17,7 millones actuales. Sin embargo, la revalorización constante de la prestación media (un 0,25% anual desde que se desligara en 2013 del IPC) ha disparado el gasto en pensiones un 85,5%, de los 42.973 millones a los 111.989 millones al cierre de 2016. Sólo por jubilaciones, el gasto de la Seguridad Social ascendió a 79.723 millones de euros. La pensión media ha crecido de los 439 euros de hace dos décadas a los 1.051 actuales. En los últimos veinte años se ha acentuado la tendencia demográfica basada en la caída de la natalidad frente al aumento en la esperanza de vida. Si en 1995 la población total en España era de 39,7 millones, con un 15,16% de personas mayores de 65 años (6,1 millones), en 2016 creció hasta los 46,5 millones, con un 19% (8,8 millones) de personas en edad avanzada (+45,7%). La inversión de la pirámide poblacional es un fenómeno que se irá agudizando durante las próximas décadas: en 2050, España será el tercer país europeo con el mayor cociente de población mayor de 65 años sobre el total en edad de trabajar, según los datos de Eurostat. Las últimas estimaciones de 2014 reflejan que en la actualidad la tasa de dependencia no supera el 30%, mientras que para 2050 se prevé que el porcentaje de jubilados sobre trabajadores alcance el 60%. 
hemeroteca