Con el regreso de la inflación, especialmente en Estados Unidos, pero también en Europa y hasta en Japón, y la mejora de las previsiones macro, el inmobiliario reivindica su lugar en las carteras de inversión, tanto como fuente de retorno como de protección. “Tener una exposición directa a los activos reales permite garantizar la obtención de unas rentabilidades atractivas a largo plazo, mejorar la protección de la cartera frente al alza de los precios y reducir los riesgos de caídas”, subrayaba BNP Paribas WM como una de sus 10 claves para ganar en este nuevo entorno de mercado. Por su parte, Richard Turnill, director mundial de estrategia de Inversión en BlackRock, llama la atención en concreto sobre el inmobiliario comercial de Estados Unidos: “Tiene potencial de aportar yields atractivas en los próximos años (…) esperamos que la apreciación del capital se ralentice, pero apostamos por el crecimiento de los ingresos operativos ante el contexto de inflación y el potencial de los propietarios de agregar valor mediante la modernización de los edificios”. Los rendimientos medios del 3,4% son “competitivos”, continúa, y además la demanda es “fuerte”. Y es que, casi la mitad de los institucionales consultados para su último Global Institutional Rebalancing Survey planeaba incrementar sus asignaciones al sector.
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