Hasta hace poco, el sector de las materias primas, liderado por el petróleo, ha estado bajo la lupa por su efecto desestabilizador en las economías de los países productores. A menudo países emergentes. Sin embargo, desde el nuevo año, los fundamentales de los mercados físicos han ido mejorando. Aunque los niveles de stock se mantienen altos en ciertos segmentos, y continúan alimentando la volatilidad en ocasiones, la tendencia ahora es claramente alcista. Según Sophie Chardon, Estratega de Lombard Odier, esta tendencia ha sido impulsada por el acuerdo de Argel y la decisión de la OPEP de gestionar la producción del cartel, unos meses más tarde desapareció la primera ola de posicionamiento constructivo iniciada a finales de 2016, una vez que se reanudó la producción de petróleo de Estados Unidos. Desde principios de julio, el repunte de la actividad china ha estado respaldando la demanda financiera, tanto en el mercado de derivados como a través de fondos especializados. Y por una buena razón – por primera vez desde la crisis financiera de 2008 – el crecimiento finalmente se ha sincronizado en todo el mundo, lo que debería traducirse en una aceleración en la demanda de materias primas. Como tal, la mayoría de las agencias, al observar esta tendencia, han actualizado sus pronósticos para la demanda de petróleo. Sin embargo, Richard Turnill, estratega jefe de BlackRock, explica que el reciente repunte del precio del petróleo «se estabilizará a corto plazo». En los activos vinculados a la energía, preferimos invertir en títulos seleccionados en vez de directamente en petróleo y mantienen su «posición neutral en la deuda de alto rendimiento del sector energético». 
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