En 2018 habrá elecciones presidenciales en varios países de América Latina. Concretamente, en Brasil, México y Colombia, mientras que la segunda ronda de las elecciones chilenas se llevará a cabo este domingo 17 de diciembre, en la que compiten codo con codo Piñera, como favorito, y Guillier, finalista de centro-izquierda que ha sido la sorpresa de estas elecciones. En este sentido, el equipo de expertos de Lombard Odier ha desarrollado un informe en el que explica su visión sobre la región. Así, independientemente del ganador, Chile se enfrenta a un «entorno político cada vez más polarizado, por lo que es difícil aprobar nuevas leyes. Desde un punto de vista económico, la dependencia del país de los precios del cobre – teóricamente un problema – debería ser favorable en 2018 ya que el repunte que comenzó en 2016, después de varios años de declive, parece que todavía va a continuar», según exponen. En Brasil, opinan, «es difícil prever un despegue económico sostenible sin un progreso tangible en la reforma de las pensiones para corregir los desequilibrios fiscales». Y en ese frente, a pesar del creciente optimismo en las últimas semanas, la situación sigue siendo un reto. Según una encuesta realizada por Arko Advice, el 57,8% de los 218 representantes del Congreso no creen que la reforma de pensiones sea aprobada bajo la administración de Temer. Esto significa que «el ganador de las elecciones generales de octubre de 2018 deberá ser lo suficientemente creíble y estar decidido a abordar este tema con éxito». Dado que una parte significativa del panorama político brasileño está contaminada por presunta corrupción, los outsiders o los candidatos anti-establishment podrían tener la oportunidad de llevar a cabo campañas competitivas, lo que probablemente resulte en unas elecciones muy volátiles. La postura antiméxicana de Trump, las incertidumbres del TLCAN, pero también las crecientes preocupaciones de inseguridad y corrupción, podrían apoyar a candidatos anti-establishment como Andrés Manuel López Obrador (AMLO) «en las elecciones presidenciales de julio de 2018, mientras que un gran número de candidatos independientes podrían alterar la dinámica electoral». Como tal, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) de Enrique Peña Nieto, actualmente en el Gobierno, podría tener que fortalecer su retórica en las negociaciones del TLCAN, para no perder votantes a partidos populistas, creando mayor volatilidad e incertidumbres con respecto al resultado final. Dicho esto, los fundamentales económicos subyacentes en México parecen bastante sólidos y «los activos mexicanos podrían ofrecer oportunidades interesantes si las situaciones políticas y geopolíticas evolucionan en la dirección correcta».
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