La cita holandesa es uno de los numerosos comicios que se celebrarán este años en el seno de la Eurozona. Junto a Francia, Alemania y probablemente Italia, Holanda se enfrenta a las urnas en un entorno marcado por el auge de los partidos nacionalistas y por la fragmentación política. En esta línea, el foco de estas elecciones está centrado en el apoyo al Partido por la Libertad (PVV), una organización de ultraderechas y antieropeísta que podría lograr un apoyo importante en el Congreso según todas las encuestas. El panorama político este año está mucho más diversificado que en la anterior cita en 2012, según un estudio de la aseguradora para empresas Crédito y Caución. La fotografía hace cuatro años reflejaba el predominio de dos partidos principales, el VDD de centro-derecha y el PvdA de centro-izquierda, que terminaron gobernando en coalición. Sin embargo, las encuestas reflejan un panorama mucho más fragmentado en estos comicios: el VDD recibiría un 16% de los votos, seguido por la ultraderecha del PVV, con un 15%, los Cristiano Demócratas (12%), D66 (12%), el partido ecologista (10%), el Partido Socialista (10%) y el PvdA (8%). Tras la inesperada victoria de Donald Trump en EEUU, algunos analistas están preocupados por que los sondeos no estén capturando la verdadera dimensión del voto populista. En este escenario, aunque el PVV saliera elegido como el primer partido sería muy difícil que formara Gobierno, ya que la mayoría de los candidatos (a excepción de dos partidos minoritarios: 50Plus y SGP) han rechazado una eventual coalición con el partido de Geert Wilders.
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