Empresarios de Acapulco temen cancelaciones tras la alerta de EE.UU.

Hoteleros advierten que la alerta estadounidense puede desviar turistas internacionales y afectar miles de empleos en Guerrero.
Claudia Sheinbaum Claudia Sheinbaum
Claudia Sheinbaum, presidenta de México :: The Officer

Hoteleros y empresarios de Guerrero han advertido de un posible impacto económico tras la renovación de la alerta de viaje emitida por Estados Unidos, que prohíbe a sus empleados viajar al estado mexicano, incluido Acapulco, pese a ser uno de los destinos turísticos más relevantes del país.

El aviso, actualizado el 12 de agosto, mantiene a México en nivel 2 a escala nacional, pero eleva a nivel 4 la advertencia para Guerrero, lo que implica una recomendación de «No viajar» por riesgos de crimen, secuestro y terrorismo. La medida afecta a destinos como Ixtapa-Zihuatanejo y Taxco, e impide la visita incluso a las zonas turísticas.

La advertencia llega en un momento clave para el turismo en la región, que había registrado ocupaciones cercanas al 80% durante los fines de semana de verano. El sector teme que la demanda internacional, especialmente la procedente de EE.UU., principal mercado emisor, se desvíe hacia destinos con menor nivel de advertencia.

Jesús Zamora Cervantes, empresario restaurantero afirmó que la medida perjudicará la economía local y criticó la falta de precisión del Gobierno estadounidense. «En la zona costera de Acapulco no ha habido ataques a turistas, ni nacionales ni extranjeros», aseguró, y defendió que los hechos de violencia han sido aislados.

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Desde el sector terciario proponen reforzar los mensajes positivos sobre seguridad turística, limpieza de playas y mejora de infraestructuras. «Hay que divulgar información correcta para combatir la percepción de inseguridad», señaló Zamora.

Alejandro Martínez Sidney, presidente de Canaco-Servytur Acapulco, calificó la alerta como «un refrito de información» y defendió que «Guerrero tiene las condiciones para recibir turistas con normalidad». Destacó la coordinación local para garantizar seguridad en carreteras y zonas hoteleras.

El desafío ahora será sostener la agenda de cruceros desde octubre, mejorar la conectividad aérea con EE.UU. y estimular las reservas de cara al invierno, en un contexto donde la percepción internacional puede jugar un papel determinante para miles de familias que dependen del turismo.

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