Siria ha abierto las puertas al capital extranjero con la celebración del Foro de Inversión Sirio-Saudí, una cita que marca un punto de inflexión económico tras años de aislamiento.
La cumbre, celebrada este jueves en el Palacio Presidencial de Damasco, reúne a unos 130 empresarios saudíes que podrían sellar acuerdos por valor de 6.000 millones de dólares.
Es el primer encuentro empresarial internacional desde la caída del régimen de Bachar al Asad el pasado diciembre. Según la televisión estatal Al Ijbariya, las delegaciones comenzaron a llegar a primera hora con el objetivo de reforzar los lazos económicos en un momento clave para la recuperación del país.
Hamza al Mustafa, ministro de Información, avanzó que se espera la firma de más de 40 acuerdos, con un impacto estimado de 50.000 empleos directos y otros 150.000 indirectos, como parte de la estrategia de reconstrucción nacional.
El foro se celebra pocas semanas después del levantamiento de sanciones por parte de Estados Unidos y la Unión Europea, que estaban vigentes desde el anterior régimen y que limitaban gravemente la inversión extranjera. Esta decisión ha sido interpretada como una señal de apertura a nuevos socios regionales.
Los países del golfo, especialmente Arabia Saudí, se posicionan como actores clave en esta nueva etapa. Su capacidad financiera es vista como imprescindible para reactivar sectores estratégicos y avanzar en una reconstrucción que podría alcanzar los 400.000 millones de dólares.
Para favorecer esta entrada de capital, el Gobierno sirio ha prometido reformas legislativas, simplificación de la burocracia y medidas concretas contra la corrupción. Todo apunta a un intento de atraer inversión directa en sectores clave, desde infraestructuras hasta energía o turismo.