El débil entorno macroeconómico europeo, ha impulsado la caída de las ventas de Ericsson, que disminuyeron un 2% respecto al año anterior en su primer trimestre fiscal de 2016, concretamente a 52.209 millones de coronas (5.687 millones de euros). Sin embargo, el beneficio neto ha crecido un 45%, en 2.106 millones de coronas (229 millones de euros). Sin embargo, tanto las ventas como el beneficio se han quedado lejos de lo que esperaba el mercado y ha llevado a las acciones de la compañía a hundirse un 7,5% en la Bolsa de Estocolmo.
Las ventas del segmento de redes disminuyeron ligeramente respecto al año anterior. Además, en Europa, la facturación cayó también por la finalización de los proyectos de banda ancha móvil en 2015. Las ventas de banda ancha móvil en América del Norte y del sur de Asia oriental crecieron y el rápido ritmo de los despliegues 4G en China continental continuaron. Según ha anunciado la compañía en un comunicado, los ingresos por licencias de DPI crecieron respecto al año anterior.
Ericsson ha anunciado cambios estructurales internos que empiezan por la división de la compañía en cinco unidades de negocio. "Vamos a crear una empresa más ágil, más adecuada a nuestro propósito, y con la organización suficiente para atender a las necesidades de los diferentes segmentos de clientes y capturar más rápido las oportunidades de mercado", reza el comunicado.
"No estamos satisfechos con nuestro crecimiento y desarrollo general de la rentabilidad en los últimos años y estoy convencido de que esto nos hará más competitivos y permitirá que crezca nuestra compañía y nuestras ganancias", afirma su consejero delegado, Hans Vestberg, para justificar esta restructuración, que a su vez provocará un aumento considerable en los gastos de restructuración de este año. Concretamente, los costes de esta partida aumentarán en unos 1.000 millones de coronas (109 millones de euros), hasta colocarse en un coste total de entre 4.000 y 5.000 coronas (436 y 545 millones de euros).
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