La FED ha iniciado un nuevo rictus con el aumento del precio del dinero para normalizar su economía después de largos años dando gas a su ciclo expansivo. Los nuevos cimientos en los que se basa el mercado quedan más que claros, aunque la solidez de este giro es el que temen los inversores. ¿Cuánto de estable es este nuevo equilibrio monetario que busca la institución norteamericana? Tras el preanuncio de la reducción de su programa de compra de activos en 2013 que provocó importantes turbulencias en los mercados (recordemos que el rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidenses prácticamente se duplicó entre mayo y septiembre, del 1,6 % al 3 %), la actitud prudente de la Fed respecto de esta normalización progresiva de su política monetaria ha sido bien recibida por los mercados. Según apunta Didier Saint-Georges, miembro del comité inversor de Carmignac, actualmente, después de algunos envites, “los rendimientos de estos mismos bonos se encuentran más o menos a medio camino entre esos dos extremos recientes”. Además, el índice bursátil estadounidense S&P 500 ha seguido avanzando hasta situarse hoy más de un 30 % por encima de su nivel de principios de 2014.
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