Hoy en día es frecuente escuchar una frase en el mundo de la inversión que invita a la cautela: “El actual ciclo económico y del mercado ya dura demasiado”. No cabe duda de que la recuperación comenzó hace ocho años, pero nadie debe olvidar que inicialmente se limitó a EE. UU. Europa sufrió una crisis de la deuda soberana extremadamente grave en 2011-2012; en los mercados emergentes, por su parte, el ciclo depresivo (y vicioso) duró cuatro años y no finalizó hasta mediados de 2016, según analizan los expertos de Lombard Odier. Por lo tanto, el único país que verdaderamente disfruta de una recuperación más prolongada «es Estados Unidos«. En Europa, los beneficios no han comenzado a recuperarse hasta fechas muy recientes, aunque la dinámica económica «se asienta ya con firmeza en territorio positivo». Por lo que respecta a los países emergentes, las tendencias interrelacionadas de caída de los precios de los productos básicos, «la debilidad de las divisas, la inflación importada y el incremento del coste del capital se estabilizaron finalmente hace 18 meses, permitiendo convertir la espiral macroeconómica negativa en un círculo virtuoso».
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