Si analizamos el cuadro macroeconómico de Etiopía durante los últimos cinco años, nos sorprendería que ha sido la tercera economía que ha crecido más rápidamente. En concreto, a un ritmo anual del 11%. Aunque ese crecimiento es, en parte, debido a que partía de un escenario muy pobre marcado por las guerras y la hambruna. Aún así, ha iniciado un proceso de transformación que le convierten en un país con mucho que decir. Para confirmar estos datos, el Fondo Monetario Internacional pronostica un incremento del PIB entre el 8% y el 8,5% en 2014 y 2015.
De este potencial ya se han dado cuenta los inversores ya que Etiopía fue el tercer país receptor de Inversión Directa Extranjera (IED) en África Oriental durante 2013, según el Instituto de Comercio Exterior (ICEX). En total, los flujos de capital recibidos del exterior alcanzaron los 953 millones de dólares (en torno a 754 millones de euros). Esta cifra supuso un gran crecimiento del 242% con respecto a 2012. Si lo vemos en stock, la inversión acumulada llegó hasta lo 6.064 millones de dólares.
Esa inversión fue a parar, fundamentalmente, a la construcción de una central geotérmica a 200 kilómetros al sur de la capital, Addis Abeba. La fuente de ese dinero es Islandia, que aportó 4.510 millones de dólares.
La economía etíope está basada fundamentalmente en la agricultura ya que representa el 45% del PIB el 85% de la mano de obra y el 90% de las exportaciones. El producto estrella de sus exportaciones es el café, del que vive el 25% de la población. El mayor problema que ha tenido hasta el momento es que, a pesar de tener una población numerosa (cerca de 100 millones de habitantes) la fuerza económica es escasa por el lastre que han supuesto décadas de control estatal. Otro gran obstáculo ha sido el control de cambios y la escasez de divisas, un asunto que puede "complicar la repartición de beneficios o la importación de los insumos necesarios para la producción dentro del país", señala el ICEX.
Otro problema que le impedía atraer inversores extranjeros era la falta de una fiscalizad o una legislación. Aunque aún debe acometer importantes reformas, el país va en camino. Para ello, a principios de octubre, se celebró una conferencia entre representantes del gobierno etíope y de la Unión Europea para impulsar el desarrollo empresarial en el país. De momento, cerca de 300 empresas comunitarias trabajan y operan en el mercado local, siendo clave para la economía local, tal y como apunta el ICEX.
Por el momento, España no se ha decidido a apostar por Etiopía, ya que las relaciones bilaterales son muy escasas. Si el gobierno etíope acomete las reformas necesarias, esta situación podría invertirse.
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