Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea alcanzaron este viernes un consenso político sobre el marco regulador del euro digital. Este paso allana el camino para que los Veintisiete cierren un acuerdo definitivo antes de final de año.
Según explicó Paschal Donohoe, presidente del Eurogrupo, los Estados miembros discutieron el modo en que se fijará el límite de euros digitales que podrá mantener cada ciudadano y el procedimiento para decidir si finalmente se emite o no esta divisa.
Donohoe calificó la reunión como «muy productiva» y aseguró que existe un «amplio consenso» sobre cómo establecer los límites, aunque sin cifras concretas.
El Banco Central Europeo (BCE) se comprometió a mantener un diálogo previo con los Estados antes de tomar la decisión final sobre la emisión. La presidenta de la entidad, Christine Lagarde, señaló que resulta «prematuro» fijar umbrales en este momento. No obstante, en ocasiones anteriores el BCE sugirió un límite de 3.000 euros por monedero digital.
El debate sobre los topes responde al temor de que, sin restricciones, los ciudadanos transfieran demasiados fondos desde cuentas corrientes tradicionales hacia monederos digitales, lo que podría afectar la estabilidad financiera y reducir los beneficios de la banca.
Tras este consenso político, el objetivo es que los Estados logren un acuerdo antes de final de año y que el Parlamento Europeo lo ratifique para que la regulación entre en vigor. El BCE, que trabaja en el proyecto desde 2021, prevé concluir la fase de preparación en octubre y ha urgido a las instituciones a avanzar en la legislación antes de dar luz verde a la siguiente etapa.
Bruselas y Fráncfort presentan el euro digital como una herramienta para reducir la dependencia de empresas estadounidenses en los pagos digitales, limitar el uso de alternativas como las stablecoins y reforzar el peso internacional del euro. Sin embargo, existen voces críticas que cuestionan esta visión.