La Reserva Federal de Estados Unidos mantuvo los tipos de interés en el intervalo de 4,25 a 4,5 %, según se difundió este miércoles tras su segunda reunión anual. Esta postura llega en medio de un escenario incierto, marcado por los aranceles, aunque se considera que la economía del país conserva una situación «relativamente buena».
A pesar de la presión asociada a estas políticas, el organismo ratificó su proyección de dos rebajas de tipos para 2025. Jerome Powell, al frente de la Fed, indicó que resulta fundamental «separar el grano de la paja» para valorar con precisión el efecto de dichos gravámenes. Subrayó que «lo correcto es aguardar hasta que la situación económica se clarifique» antes de efectuar ajustes drásticos.
Las estimaciones de la Fed en cuanto a variables macroeconómicas apuntan a que la inflación alcanzará 2,7 % durante este año, lo que supone un aumento de dos décimas frente a diciembre. También mantiene que la inflación pueda reducirse al 2 % en 2027. Powell remarcó que «la inflación de los bienes aumentó de forma destacada en los primeros dos meses», añadiendo que «es evidente que gran parte proviene de los aranceles».
En términos de crecimiento, la Fed revisó a la baja su proyección para 2025 y la situó en 1,7 %, cuatro décimas menos que lo indicado en diciembre. «El efecto agregado de los cambios de política es lo que determina su impacto en la economía», enfatizó Powell, subrayando la importancia de ser cautelosos.
Scott Bessent, secretario del Tesoro, no excluyó el riesgo de una recesión, aunque calificó de «saludables» las correcciones recientes en el mercado financiero. «Lo que puedo adelantar es que se están implementando pautas consistentes y duraderas», explicó en una entrevista reciente, demostrando un enfoque cauto ante la volatilidad.
Powell, sin ofrecer una posición sobre una eventual recesión, señaló que los cálculos externos han incrementado la probabilidad de ese escenario, pero aún de modo moderado. «No hacemos ese tipo de proyección… Ha aumentado, pero no es alta», manifestó, subrayando que el organismo mantiene una perspectiva de estabilidad de precios en el futuro.
Finalmente, dentro de las medidas avanzadas, la Fed reducirá de 25.000 a 5.000 millones de dólares el tope mensual de bonos del Tesoro que dejará vencer sin reinvertir a partir de abril. Esta decisión se enmarca en un ajuste mesurado de la política monetaria, con la intención de equilibrar el crecimiento y la inflación en un entorno comercial tenso.