Feeder es una startup de Barcelona que ha desarrollado una herramienta tecnológica capaz de capturar las microexpresiones faciales inconscientes de los usuarios mientras visualizan contenidos, y traducir esas señales en métricas emocionales clíricas en tiempo real.
Esto permite a anunciantes y agencias de marketing comprender cómo reacciona su público a vídeos o spots, sin necesidad de psicología compleja ni laboratorios de neuromarketing.
La empresa fue fundada por Pablo Filomeno, quien tras más de una década en el sector del marketing y la música, decidió emprender en el análisis emocional en 2021.
Se unió su compañero de trayectoria, Mauro Gadaleta, con quien lanzó un servicio pensado para medir atención, validación, rechazo, sorpresa, enfado y calma, entre otras emociones. Partieron sin financiación externa, impulsados por una visión clara: reducir el 21% de gasto ineficiente que se estima se pierde en campañas publicitarias tradicionales.
En 2022, con el algoritmo operativo, Feeder participó en el Scale Up! World Summit de Málaga, donde fue premiada como mejor startup. En ese momento, contaba con un equipo pequeño de siete personas que trabajaban en remoto desde Cataluña e India, y ya preparaban su primera ronda de captación de capital.
Sus primeros clientes fueron agencias, distribuidores de cine e influencers destacados, y rápidamente la solución se desplegó como plataforma web o mediante integración con API en entornos digitales de anunciantes. En 2025, la app se ha consolidado como herramienta de visualización en remoto, entrega de datos en dashboards interactivos y análisis predictivo de campañas.
El modelo de negocio se basa en suscripciones B2B: las empresas pagan por acceso a las métricas emocionales analíticas, sin capturar imágenes ni rostros, solo «ceros y unos» derivados de las reacciones faciales. El sistema está disponible para iOS y Android, y ha sido calificado como una tecnología accesible y sin fricciones para cualquier equipo de marketing.
Con esta tecnología emocional, Feeder aspira a redefinir cómo las marcas entienden la recepción de sus contenidos: midiendo la respuesta emocional real en milisegundos y optimizando inversión y creatividad en función de eso.