El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha ajustado al alza su pronóstico de crecimiento económico para España en 2025, llevándolo al 2,5%, dos décimas más que la estimación anterior. Esta mejora es resultado del «sólido desempeño» de la economía española, que se ha visto impulsada principalmente por las exportaciones de servicios y las mejoras en el entorno laboral.
No obstante, a pesar de estas proyecciones alentadoras, el FMI lanza una advertencia sobre ciertos riesgos a la baja, especialmente debido al impacto de la guerra comercial y la fragmentación política interna. Como indicó el FMI, «se prevé que el crecimiento del consumo se mantenga sólido, con incrementos continuos en los salarios reales y una reducción gradual de las tasas de ahorro de los hogares, lo que compensará el crecimiento más lento del empleo».
El informe estima que la tasa de desempleo se mantendrá en torno al 11% a medio plazo, con una disminución paulatina de la inflación general y subyacente hacia el 2% para finales de año. Aunque «la tasa de empleo sigue siendo baja», Romain Duval, el jefe de misión del FMI para España, destacó que las condiciones del entorno laboral han «mejorado de manera significativa».
Sin embargo, el FMI prevé que el crecimiento del PIB se «desacelerará progresivamente» a medida que se normalicen los aumentos en la población en edad de trabajar y las exportaciones. Para 2026, la previsión se sitúa en un crecimiento del 1,8%, estabilizándose en torno al 1,7% en los años siguientes. También se ha indicado que «los aranceles tendrán cierto impacto», aunque España «no está demasiado expuesta al mercado estadounidense».
El FMI subraya que existen riesgos fiscales a medio plazo debido a «la elevada deuda pública y las inminentes presiones de gasto». Se recomienda aprovechar el impulso económico actual para «recomponer» el espacio fiscal y mitigar los riesgos relacionados con la deuda soberana. Además, se instó a tomar medidas ante la creciente disparidad entre el gasto en pensiones y los ingresos procedentes de las cotizaciones a la Seguridad Social.
Respecto al mercado de la vivienda, el FMI advierte que el rápido aumento de los precios «requiere un seguimiento cercano» y sugiere reconsiderar el control de precios del alquiler, ya que esto podría limitar la oferta de viviendas y dificultar el acceso a hogares de ingresos bajos.
Por último, el FMI menciona la reducción de la jornada laboral, indicando que debe plantearse «cuidadosamente» para evitar efectos adversos en la producción y los salarios. También señala que «no existe suficiente inversión en innovación» en España, lo que frena un crecimiento más sólido. Duval enfatiza la necesidad de un enfoque renovado en la innovación para potenciar la productividad.