Fondos, regulación y deslocalización: el futuro de la City en jaque

"Es un sector estratégico. El Reino Unido es el principal centro financiero de la UE, representando casi el 25% de los servicios financieros de la UE. A su vez, los servicios financieros representan el 8% del PIB del Reino Unido". Son palabras de los gestores de Amundi Asset Management, advirtiendo que "no hay un mercado financiero en condiciones para sustituir a Londres". Sin embargo, reconocen que la pérdida del ‘pasaporte europeo‘ para la banca de Reino Unido sí puede impulsar la reubicación de ciertos segmentos de negocio hacia Irlanda y otros mercados de la UE.

El futuro de la industria está en juego. Según un comunicado de ALFI, (Asociación de la Industria de Fondos de Luxemburgo), los fondos de inversión con activos de gestoras británicas domiciliados en Luxemburgo representaban el 16,5% del patrimonio en el país a cierre de marzo. El segundo mayor volumen solo por detrás de las gestoras estadounidenses.

La gran duda es conocer si las gestoras que operan en la City mantendrán, o no, el pasaporte europeo. Ese que les permite operar en toda la Unión sin necesidad de establecer filiales locales. Este temor ya ha provocado que algunas firmas globales de la talla de JP Morgan, HSBC o Morgan Stanley, aseguraran que trasladarán a miles de empleados a otros centros financieros en Europa.

Son precisamente los gigantes estadounidenses los que podrían verse más afectados. Según datos de la firma de análisis Bruegel, la banca de la primera potencia mundial cuenta con más de 700.000 empleados en la City (las 15 firmas de mayor tamaño).

Los expertos aseguran que la pérdida de peso de Londres en la industria beneficiaría a otras plazas financieras como Frankfurt y París. Pero, ¿están preparadas estas plazas para tomar el relevo? En un artículo en la revista The International Economy, los expertos dejan claro que, la llave la tendrá el impuesto a las transacciones financieras propuesto por la Comisión Europea. Y precisamente países como Francia o Alemania apoyan esta propuesta, que se perfila como un punto en contra para atraer el negocio que pueda perder la City. Otros países como Luxemburgo, se mantienen en contra.

Nuevos horizontes

El volumen que Londres mueve en el mercado Forex es brutal. Y desde Andbank advierten que el Brexit podría suponer la pérdida y deslocalización de las cámaras de compensación que tanto negocio generan a la gran banca que allí opera. Frente al consenso del mercado, Álex Fusté, economista jefe de la entidad, explica que París o Frankfurt parecen un destino poco probable para estos negocios, "ya que a pesar de ser la sede del BCE, esta pequeña ciudad es vista por los banqueros de la City como "provinciana". Dublín, aún siendo de habla inglesa, es percibida como un "remanso de extrema tranquilidad".

A su juicio, no existe una ciudad comparable que pueda acoger de forma efectiva todo el "cuerpo financiero" de Londres. "De hecho, existe el convencimiento de que en caso de deslocalización de estos gigantes financieros (y sus enormes operaciones), deberían ser diseminados entre varias ciudades (París, Frankfurt, Varsovia y Lisboa son las más citadas), lo que supondría, de facto, una fragmentación de la industria de los servicios financieros en Europa". Un factor sin duda potencialmente debilitador para la capacidad del continente de competir internacionalmente, pero que, a su vez, haría más difícil la posibilidad de una hipotética deslocalización.

Respecto a la industria de gestión de activos, hay que tener en cuenta logros conseguidos en los últimos años como la Directiva UCITS, para que los fondos de inversión puedan ser vendidos en toda la Unión Europea, principalmente a través de Londres, Luxemburgo y Dublín. "Si bien es cierto que un Brexit desplazaría esa porción del pastel en favor de Luxemburgo y Dublín, firmas como Schroders (Michael Dobson) o Newton (Helena Morrissey) se han mostrado claramente como anti-EU, lo que sugiere que algunas firmas del sector piensan que un Brexit no sería tan desastroso. También la industria de los Hedge Funds han mostrado su enojo con regulaciones como Mifid II (restringiendo el área del pago de comisiones). Éstos gestores odian la Alternative Investment Fund Managers Directive, que establece un marco regulatorio considerado oneroso, burocrático y costoso".

Así, Fusté se pregunta si en un entorno de la UE en el que el marco regulatorio se hace "asfixiante" para algunas entidades financieras, podría darse el caso de que aseguradoras y bancos pensaran que operar bajo un marco legal menos intrusivo podría resultar en una mejora de sus cuentas. "El inconveniente, claro está, es que la UE exigiría el cumplimiento de todo el cuerpo legislativo en materia bancaria y financiera. Pero eso sólo sería para las unidades que operasen u ofreciesen servicios dentro de la UE", indica el experto.

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