François Bayrou, primer ministro francés, ha lanzado las alertas sobre la complicada situación económica en la que se encuentra el país. El elevado endeudamiento, una producción insuficiente y con un nivel de empleo por debajo de sus competidores han llevado a la nación gala a lo que su primer ministro ha calificado como situación catastrófica.
Por el momento, el gobierno francés ya ha anunciado la puesta en marcha de un plan de choque que se activará de inmediato con el objetivo de mitigar los efectos adversos que esta situación está provocando en la economía del país.
«La supervivencia del país está en juego», ha asegurado el mandatario, y ha hecho una llamada a distintos sectores para que presenten propuestas y soluciones antes de que llegue el verano. También a apelado a la opinión pública. «Solo la toma de conciencia de nuestros ciudadanos puede respaldar la acción pública», ha asegurado.
Bayrou también ha explicado que las crisis a nivel internacional han agudizado la situación económica francesa. Esto ha obligado a incrementar el gasto en defensa y a abordar las repercusiones de la guerra comercial que fue iniciada por el presidente de EE.UU., Donald Trump.
Por su parte, Éric Lombard, ministro de Economía, ha indicado que para el próximo año se requerirá un ajuste de 40.000 millones de euros, con el fin de mantener el déficit público en el 4,6 % del PIB. En este contexto, Bayrou retrató a Francia como un país que «no produce lo suficiente y no trabaja lo suficiente», a pesar de tener «el nivel de gasto público más alto del mundo», llevando al país a un estado de endeudamiento alarmante.
Bayrou instó a los diversos actores a que presenten propuestas para los presupuestos de 2026, enfatizando la importancia de evitar un aumento de impuestos que pueda desincentivar la inversión y la necesidad de reducir el déficit, líneas rojas marcadas en el programa del presidente, Emmanuel Macron.
También alertó contra propuestas que incrementen la deuda, cuyos intereses cuestan ya 62.000 millones de euros anuales y pueden llegar a los 100.000 millones en 2029 si no se reduce el déficit.
Por ello, señaló que las medidas que se adopten deben tender a que Francia cumpla su compromiso de déficit presupuestario en el 3% en cuatro años.
El primer ministro destacó casos de otros países, como Canadá y Países Bajos, que han logrado gestionar sus déficits sin sacrificar el nivel de vida de sus ciudadanos. Defendió la idea de una «refundación de la acción pública», que implica evaluar el gasto administrativo y revitalizar la actividad económica mediante la simplificación de la burocracia y la mejora en la formación profesional.
Bayrou concluyó que es imprescindible reindustrializar Francia, un país que «lidera sectores punteros» como la aeronáutica y el lujo, pero que «está ausente en la producción de base, que es la que más consumen los ciudadanos». Esta estrategia tiene como finalidad reforzar la economía nacional y disminuir la dependencia de sectores externos.