General Motors (GM) cerró el primer semestre de 2025 con una caída del 20,9% en su beneficio neto, hasta los 4.680 millones de dólares, pese a que su facturación apenas varió (+0,2%) respecto al mismo periodo del año anterior.
La empresa atribuye el deterioro a los nuevos aranceles comerciales impulsados por la Administración Trump, cuyo impacto ya alcanza los 1.100 millones de dólares (unos 940 millones de euros).
En el segundo trimestre, el beneficio de GM retrocedió un 35,4% interanual, situándose en 1.895 millones, con una facturación de 47.122 millones de dólares, un 1,8% menos. La compañía advirtió que el efecto arancelario se intensificará en los próximos meses, y calcula un impacto total de entre 4.000 y 5.000 millones de dólares a final de año.
La empresa ha puesto en marcha medidas para contener al menos un 30% del impacto previsto. Entre ellas figuran ajustes en los procesos de fabricación, nuevas políticas de ahorro y subidas de precios que, en Norteamérica, oscilarán entre el 0,5% y el 1%.
El anuncio se produce un día después de que Stellantis comunicara pérdidas de 2.300 millones de euros en el semestre, también afectada por las políticas arancelarias y por la reducción de producción en determinadas plantas.
GM se convierte así en uno de los primeros fabricantes estadounidenses en advertir públicamente del efecto acumulativo de la guerra comercial, una situación que podría afectar también a otras firmas del sector en los próximos trimestres.