El auge de productos como los ETFs obliga a las gestoras activas tradicionales a reinventarse. Fidelity, con su reciente incursión en el mundo Smart Beta, o BlackRock, con una auténtica revolución en su negocio apostando firmemente por la tecnología, son solo dos ejemplos de grandes firmas que están cambiando sus modelos para adaptarse a un nuevo escenario en la industria de gestión de activos. No es para menos. En 2016, y según datos de Morningstar, un record de 340.000 millones de dólares salieron de los fondos gestionados de forma activa, mientras que los fondos indexados atrajeron unos 505.000 millones de dólares. Este evidente cambio ha traído aparejado, también, una reestructuración en los equipos de muchas gestoras, que han decidido prescindir de figuras como stock pickers o incluso directivos de ciertas áreas ahora menos demandas por parte de los inversores. En este entorno, los analistas de Morningstar han realizado un listado con las firmas de inversión uqe han reducido su staff en los últimos meses. En total, las firmas analizadas representan más de un tercio de las salidas de flujos de fondos en 2016. Las salidas más recientes las han protagonizado una treintena de miembros del equipo de gestión BlackRock. Una decisión que acompañó al giro de estrategia de la compañía para dar un paso más hacia el mundo tecnológico, abaratar costes, y abrazar el buen negocio que está suponiendo para la firma la gestión pasiva, y que le ha posicionado como segundo en el ranking del sector, solo por detrás de Vanguard. Otros gigantes como PIMCO optaron el pasado año directamente por ‘barrer’ su equipo de gestión activa en renta variable, y sus estrategas de dividendo. 
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