Golpe de mano del Ejecutivo en Telefónica. Carlos Ocaña, hasta ahora representante del SEPI en el consejo de administración de la operadora, ha sido nombrado vicepresidente de la entidad y se equipara jerárquicamente con Isidro Fainé, representante por CriteriaCaixa, que ve su influencia reducida en el órgano decisorio.
Era cuestión de tiempo, poco, que el Gobierno quisiera equilibrar las fuerzas y hacer valer su peso como uno de los máximos accionistas de la compañía. Ese día ha llegado este miércoles. Este nombramiento respalda el camino iniciado hace poco más de un mes y que marcó la salida de Álvarez-Pallete, el antaño hombre fuerte de Fainé y al que dejó caer a propuesta de la SEPI y STC.
Ocaña, hombre de confianza de Sánchez, se une a Murtra, recién nombrado presidente y con vínculos con el Ejecutivo, para liderar el cambio organizativo de Telefónica y revitalizar la entidad. Cabe recordar que la SEPI cuenta con un 10% del accionariado de la operadora al igual que CriteriaCaixa que, hasta ahora, era el único de los grandes socios que ostentaba una vicepresidencia, algo que desde el Gobierno se quería solucionar cuanto antes.
Así, Telefónica contará con tres vicepresidentes, el mencionado Ocaña, José María Abril, como representante de BBVA (se mantiene como un gesto deferente pese a que su participación actual no le da derecho a ello) e Isidro Fainé, cuyo peso histórico en el organigrama se diluye a marchas aceleradas.
El representante de CriteriaCaixa es el único nombre en la cúpula de Telefónica cuyo cargo se remonta a los años 90 y choca de pleno con la visión de nuevo liderazgo que se quiere imprimir en Telefónica, tal como muestran los últimos movimientos.
Al nombramiento de Ocaña se unen como consejeros Olayan M. Alwetaid, CEO de STC, el otro gran accionista de Telefónica, y Ana Salas, del bufete Cortés y secretaria no consejera de Indra. Salas es una de las mujeres de confianza de Murtra tras su etapa en Indra y un claro ejemplo del rumbo nuevo que quiere para la operadora.
