La startup estadounidense GoodShip ha cerrado una ronda de financiación de 25 millones de dólares (21,4 millones de euros) para expandir su plataforma de gestión de mercancías basada en inteligencia artificial.
La operación, de serie B, ha estado liderada por Greenfield Partners y ha contado con la participación de firmas que ya habían invertido en la compañía, como Bessemer Venture Partners, Ironspring Ventures, Chicago Ventures y FUSE VC.
Con sede en Bellevue (Washington), GoodShip fue fundada hace apenas tres años por Ryan Soskin (CEO) y David Tsai (CTO), ambos procedentes de Convoy. En este tiempo ha levantado 40,4 millones de dólares (34,6 millones de euros) en cuatro rondas diferentes.
Su propuesta consiste en un sistema operativo que unifica los datos de transporte de cada cliente y permite identificar ineficiencias, optimizar rutas y reducir costes.
«Se trata de una industria de casi un billón de dólares en Norteamérica que, en gran medida, sigue funcionando con hojas de cálculo», ha explicado Soskin. La compañía defiende que su tecnología puede generar ahorros millonarios y ayudar a reducir retrasos en las entregas.
La plataforma de GoodShip incorpora herramientas de análisis de datos históricos para mejorar la toma de decisiones en licitaciones y monitorizar el rendimiento de las redes logísticas.
Entre sus clientes se encuentran Tropicana, KeHe Distributors, Kellanova y KBX Logistics, compañías que han contribuido a que los ingresos de la startup se multiplicaran por diez en el último año. Su modelo de negocio se basa en suscripciones vinculadas al gasto en transporte.
La empresa empleaba 30 personas el trimestre pasado y prevé alcanzar las 40 a finales del tercer trimestre. Con la nueva financiación, planea duplicar su equipo de ingeniería, invertir en automatización y ampliar su alcance geográfico y sectorial.
El sector del transporte de mercancías en Estados Unidos atraviesa una recesión prolongada desde la pandemia, aunque a inicios de 2025 se observaban señales de recuperación. La presión añadida por los aranceles anunciados por Trump anticipa un contexto más complejo, en el que la digitalización y la eficiencia ganan peso como ventaja competitiva.