Google Cloud Summit 2025 en Madrid Google Cloud Summit 2025 en Madrid

Así hemos vivido Google Cloud Summit 2025 desde dentro

Auriculares de colores, luces led, charlas de IA y un coche de F1: así arrancó el evento donde la nube se volvió más tangible.
Google Cloud Summit 2025 en Madrid

Un ejército de trabajadores con acreditación colgada al cuello empieza a llenar los pasillos del Google Cloud Summit ‘25, el gran evento anual en el que la multinacional tecnológica despliega su músculo en inteligencia artificial, nube y productos innovadores.

La entrada al pabellón no es solo un registro: es un cambio de entorno. De repente, la moqueta, las luces de neón, los mostradores de diseño y el murmullo de las conversaciones técnicas crean una atmósfera futurista. Como si uno cruzara a una realidad aumentada sin gafas.

La cita, que promete novedades de IA, demos interactivas y conversaciones con líderes del sector, ofrece mucho más que charlas técnicas. Desde los primeros metros, el espacio se vive como un parque temático del futuro, con stands de empresas como Red Hat, Elastic, Izertis o Diverger, y un despliegue logístico que busca, sobre todo, impresionar.

En Red Hat, por ejemplo, bastaba con responder a una encuesta para llevarse un sombrero rojo (tuve la increíble suerte de llevarme el último). A pocos pasos, los asistentes se agrupaban frente a una gran pantalla donde un coche de Fórmula 1 servía de anzuelo visual para un minijuego de simulación. Era difícil no dejarse llevar por la estética: pulida, tecnológica, seductora.

Un detalle llamativo es que, a pesar del tamaño del evento, las charlas no se escuchaban. O al menos no de la forma habitual. En el centro del pabellón, se alzaba un curioso hexágono, dividido por paredes en pequeñas salas.

En cada una, un ponente hablaba en directo, pero sus palabras no salían por altavoces: se transmitían por cascos inalámbricos que los asistentes recibían al elegir una sección.

Cada espacio tenía su color, y cada persona llevaba unos auriculares que brillaban con ese mismo tono. Las escaleras con asiento estaban iluminadas desde arriba, en sincronía, creando un efecto casi escenográfico. Una coreografía de luces silenciosas. Era como un silent disco del conocimiento.

En medio de ese despliegue, había espacio también para lo básico: comer, beber, socializar. A eso de las dos de la tarde, el flujo de asistentes se concentraba en las zonas de comida: hamburguesas, perritos, snacks, zumos, café, agua. La nube da hambre, y Google lo sabe. Mientras tanto, el networking fluía entre mesas altas, pasillos, colas y corrillos improvisados.

Durante el evento, desde The Officer aprovechamos para hacer lo que más nos gusta: hablar con la gente. Les preguntamos cómo ha cambiado su trabajo desde la llegada de la inteligencia artificial. Algunos ya conviven con herramientas que automatizan tareas, generan informes o analizan datos.

Otros reconocen que su sector aún no ha sido tocado de lleno, pero todos coinciden en una cosa: esto no va a parar. También les hicimos una pregunta más delicada: ¿Cómo le explicarías a tu abuela qué es la nube? Las respuestas fueron de lo más variado. «Es como un trastero digital», nos dijo una analista de datos entre risas.

Un ingeniero de IA generativa más joven lo definió como «un sitio mágico donde se guardan cosas y no tienes qué preocuparte que esté en tu casa». Un tercero bajó la mirada, se rascó la nuca y reconoció: «en realidad, le diría que no le interesa».

Y quizás ahí está la clave del evento. Porque el Google Cloud Summit no solo fue una celebración de la tecnología, sino también una demostración de cómo esa tecnología se presenta hoy al mundo: como espectáculo.

Un show cuidadosamente diseñado para emocionar, para seducir al visitante. A ratos parecía que lo importante no era comprender la nube, sino formar parte de ella. O al menos sacarse una buena foto con ella de fondo.

La jornada seguía, con más charlas, más demos, más interacciones. A última hora habría incluso una after-party para los que resistieran hasta el final. Pero nosotros, con la cabeza llena de datos, luces y cascos de colores, decidimos volver al mundo físico.

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