Google DeepMind ya crea algoritmos más complejos que los humanos: la IA que se mejora sola

La inteligencia artificial de Google no solo resuelve problemas: ahora inventa la forma más eficiente de resolverlos. DeepMind acaba de cruzar la frontera entre el cálculo y la creación.
Demis Hassabis Demis Hassabis
Demis Hassabis, CEO de Google DeepMind :: The Officer

Hasta hace poco, las IAs eran buenas en el qué: sabían dar respuestas, encontrar rutas o recomendar canciones. Pero DeepMind acaba de conquistar el cómo. En un estudio publicado en Nature, esta IA descubrió por sí misma principios matemáticos que los humanos tardamos décadas en formular. No optimizó, innovó.

La diferencia es sutil pero histórica: no es lo mismo saber que 2+2=4 que inventar el concepto de suma. DeepMind ha logrado lo segundo. Y lo ha hecho, literalmente, sin ayuda.

El redescubrimiento del siglo (y sin café de por medio)

Uno de los hallazgos más asombrosos fue que redescubrió desde cero el algoritmo de Karatsuba, una técnica creada en 1960 para multiplicar números grandes con mayor eficiencia. La IA no se limitó a copiar o mezclar código: inventó un método mejor, algo reservado hasta ahora a las mentes más brillantes.

Mientras los humanos debatimos si ChatGPT escribe poesía o plagia a Cortázar, DeepMind está reinventando los cimientos de la informática. Si los algoritmos fueran motores, esta IA acaba de aprender a rediseñar sus propios pistones en plena autopista.

PUBLICIDAD

La programación ya no será lo que era

¿Significa esto el fin de los programadores? No exactamente. Pero sí el fin de la programación tal y como la conocíamos. Los ingenieros de software dejarán de ser escritores de código para convertirse en directores de orquesta algorítmica: diseñarán los problemas y supervisarán a las máquinas que crean sus propias soluciones.

Es un cambio de paradigma: la creatividad se expande a lo no humano. Y, paradójicamente, eso podría liberar tiempo a los humanos para pensar más… o para preguntarse si quieren seguir pensando.

Un futuro más rápido (y más inquietante)

Los efectos de este avance son difíciles de medir, pero las proyecciones marean: procesos de compresión más eficientes, cálculos científicos ultrarrápidos, software optimizado por software. Todo más veloz, sin cambiar el hardware, solo porque las máquinas escriben mejor que nosotros.

Mientras tanto, en el mundo real, empresarios como Suumit Shah ya han reemplazado al 90 % de su plantilla por IA. Quizá el futuro no sea que las máquinas nos quiten el trabajo, sino que nos superen… y luego nos contraten como asesores.

Add a comment

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

PUBLICIDAD