Google no levanta cabeza. Si el jueves era Francia quien sancionaba a la tecnológica, hoy le ha tocado el turno a la Comisión Europea de multar a la compañía con 2.950 millones de euros por abuso de posición dominante en el mercado de la publicidad digital.
Bruselas considera que la tecnológica favoreció sus propios servicios en perjuicio de rivales y editores.
Se trata de la segunda mayor sanción impuesta por el Ejecutivo comunitario en casos de monopolio, solo por detrás de los más de 4.000 millones de euros reclamados también a Google por las prácticas de Android.
El anuncio se retrasó varios días, tras la intervención de Maros Sefcovic, comisario de Comercio, negociador europeo en la guerra arancelaria con Estados Unidos.
Finalmente, Bruselas acompañó la sanción con una exigencia: que Google ponga fin a su comportamiento y adopte medidas correctivas para eliminar sus conflictos de interés en la cadena de suministro de tecnología publicitaria.
«La decisión muestra que Google abusó de su posición dominante en adtech perjudicando a editores, anunciantes y consumidores. Este comportamiento es ilegal bajo las normas de competencia de la UE y Google debe ahora presentar correcciones serias», señaló Teresa Ribera, vicepresidenta de la CE y responsable de Competencia.
La institución recordó que si Google no presenta medidas en los próximos 60 días, impondrá correcciones adicionales. Bruselas abrió la investigación en 2021 y concluyó en 2023 que la única salida pasaba por que la tecnológica vendiera parte de su negocio publicitario.
El análisis reveló que desde 2014 Google favoreció de forma sistemática a su plataforma AdX en las subastas de anuncios organizadas por DoubleClick for Publishers (DFP), con ventajas como el acceso al valor máximo ofertado por competidores.
Además, sus herramientas de compra Google Ads y DV 360 priorizaron transacciones dentro de la red de la propia compañía, reforzando así la centralidad de AdX y permitiendo cobrar precios más elevados.
El objetivo, según Bruselas, fue consolidar la posición dominante de Google en la cadena publicitaria digital y limitar las opciones de editores y anunciantes en el mercado europeo.
Google ya ha anunciado su intención de recurrir la sanción. «La decisión de la Comisión sobre nuestros servicios de publicidad tecnológicos es incorrecta y recurriremos. Impone una multa injustificada y requiere cesiones que dañarán a miles de empresas europeas al dificultarles ganar dinero», ha asegurado Lee-Anne Mulholland, vicepresidenta y directora global de Asuntos Regulatorios de la compañía.