La cervecera neerlandesa Heineken obtuvo un beneficio neto de 744 millones de euros en el primer semestre de 2025, frente a las pérdidas de 95 millones registradas en el mismo periodo del año anterior.
La compañía atribuye este resultado a su desempeño en África y Asia, así como a su política de ahorro de costes.
El beneficio operativo orgánico creció un 7,4%, hasta los 2.027 millones de euros, mientras que el resultado operativo descendió un 7,1%, situándose en 1.433 millones.
A pesar de esa caída, la empresa destacó el incremento del resultado ebitda, que alcanzó los 2.940 millones, un 37,3% más que en el mismo periodo de 2024.
La facturación fue de 14.180 millones de euros, un 4,3% menos en comparación con el año pasado, reflejando la presión en algunos mercados maduros. No obstante, la compañía ha logrado contener el impacto gracias a su presencia en mercados emergentes.
«Nuestra presencia geográfica privilegiada nos ayudó a adaptarnos a los actuales desafíos macroeconómicos que impactaron la confianza y el gasto del consumidor», señaló Dolf van den Brink, consejero delegado de Heineken.
La empresa mantiene sus previsiones de crecimiento anual del beneficio entre un 4% y un 8%, aunque reconoce que el aumento de los aranceles estadounidenses podría añadir presión adicional en los próximos trimestres.