La renta variable está teniendo un comportamiento extraordinario en lo que va de año. Wall Street y las plazas europeas acumulan retornos de doble dígito una vez que se han despejado las principales incógnitas en el plano de la geopolítica. Con todo, la capacidad de que la tendencia alcista tenga continuidad sobre los niveles en los que se encuentran actualmente los principales índices sigue siendo el factor determinante. Para Richard Turnill, director mundial de Estrategia de Inversión de BlackRock, sin lugar a dudas la renta variable es la clase de activo más destacada y la que proporciona mayores rentabilidades en este 2017. “Estamos viendo una mayor amplitud en los principales mercados de renta variable, con Europa y los mercados emergentes (EM) ahora jugando catch-up al mercado alcista de ocho años Estados Unidos”, analiza. La alta amplitud del mercado bursátil “nos da confianza en la sostenibilidad de las ganancias”. La proporción de acciones individuales en varios índices importantes que operan por encima de su media móvil de 250 días ha alcanzado un máximo de dos años. En Europa y Japón, esta proporción es superior al 80%. En este escenario, la tecnología ha sido uno de los principales ganadores y “ha proporcionado un gran impulso a las acciones de Estados Unidos y de los Mercados Emergentes” pero la fortaleza del mercado “va más allá de este sector”. 
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