Grecia vive una huelga general de 24 horas convocada por los principales sindicatos para exigir al Gobierno conservador que retire el proyecto de ley que permite ampliar la jornada laboral hasta 13 horas diarias.
El transporte interurbano por tren está interrumpido y los barcos de pasajeros permanecen amarrados en los puertos, al sumarse al paro marineros y trabajadores ferroviarios.
En Atenas, el metro y los trenes de cercanías amanecieron sin servicio, aunque el metro opera de forma intermitente hasta las 17.00 para facilitar la asistencia a las manifestaciones en el centro de la ciudad. Los vuelos funcionan con normalidad después de que un tribunal declarara ilegal la huelga de los controladores aéreos.
«Los empleados griegos, que ya trabajan más horas anuales que todos sus colegas de la Unión Europea, que reportan niveles abrumadores de agotamiento y estrés, se enfrentan ahora a una distopía. ¡Ya basta! No podemos soportarlo más», señaló la GSEE, el principal sindicato del sector privado. «Decimos ‘no’ a la jornada laboral de 13 horas. El agotamiento no es desarrollo», recalcó la organización.
El proyecto, que se votará a finales de octubre, permitirá a los empleadores solicitar a sus trabajadores hasta 13 horas diarias, con una bonificación del 40% por hora extra. El Gobierno del primer ministro Kyriakos Mitsotakis asegura que se mantiene el tope de 48 horas semanales y de 150 horas extra anuales. La ministra de Trabajo, Niki Kerameos, precisó que las 13 horas podrían aplicarse legalmente 37 días al año.
El Ejecutivo defiende la medida como una «modernización» y «adaptación a las necesidades laborales y empresariales actuales». Sin embargo, los sindicatos y la oposición acusan al Gobierno de retroceder a una «época medieval» en materia de derechos laborales.
Desde julio de 2024, los trabajadores de la industria, el comercio minorista, la agricultura y algunos servicios están obligados a laborar seis días a la semana si así lo exige el empleador, con un plus del 40% en el salario del sexto día.
Según Eurostat, los trabajadores griegos registran más de 1.886 horas anuales, la cifra más alta de Europa, aunque con menor productividad y el segundo poder adquisitivo más bajo de la UE, solo por delante de Bulgaria.